Aprovechá las conexiones aéreas low cost para conocer los paisajes más hermosos de Salta y Jujuy.
Haciendo base en “la linda” para alojarse, la mejor alternativa es alquilar un vehículo para poder tomar todas las rutas que te llevarán a los paisajes más hermosos de esa provincia y de Jujuy.
Entre el vuelo y el check-in del alojamiento, perderás algunas horas del primer día. Por eso, lo mejor es organizar algún recorrido corto por la ciudad de Salta, que tiene muchos lugares históricos y hermosos para conocer.
Sobre la colonial y pintoresca Plaza 9 de Julio, se encuentran varios puntos de interés.
● Catedral de Salta: declarada Monumento Histórico Nacional el 14 de julio de 1941. Es la cuarta iglesia construida en su ubicación y fue completada a fines del siglo XIX por los arquitectos italianos Soldati, Giorgi y Righetti. En su interior, destaca el santuario del Señor y la Virgen del Milagro. En el edificio, reposan los restos del Gral. Martín Miguel de Güemes, el Gral. Antonio Álvarez de Arenales, el Gral. Rudecindo Alvarado y de Doña Martina Silva de Gurruchaga, entre otros célebres protagonistas de la historia nacional.
● Museo de Arqueología de Alta Montaña: presenta colecciones referidas al patrimonio arqueológico asociado a las ceremonias realizadas en las altas cumbres de los Andes. Alberga las momias de Llullaillaco y otras exhibiciones en un edificio del siglo XIX.
● Cabildo histórico: edificio colonial que fue sede de las autoridades desde 1626 hasta 1888. Alberga el Museo Histórico del Norte desde el 25 de agosto de 1949.
A pocas cuadras se encuentra la Iglesia y Monasterio de San Francisco, que se construyó originalmente a principios del siglo XVII. En 1870, el arquitecto Luis Giorgi construyó en el frente una torre de 53 metros de altura, que se convirtió en la más alta de su tipo en América del Sur. La fachada está diseñada en estilo barroco y se distingue por su combinación de colores rojo y amarillo. Fue declarada Monumento Histórico Nacional el 14 de julio de 1941.
También cerca está el Convento de San Bernardo, que al ser construido en el siglo XVI es uno de los edificios más antiguos de Salta. Fue utilizado como iglesia principal de la ciudad mientras se construía la Catedral y operó allí un hospital de forma intermitente durante unos 200 años. La puerta data de 1762 y fue tallada en madera de algarrobo por los aborígenes.
Finalmente, no puede faltar la visita al Cerro San Bernardo, que es una montaña que domina la ciudad y que ofrece una vista panorámica de la capital salteña. Con su tradicional Vía Crucis, es un lugar religioso que atrae a los peregrinos el primer domingo de cada mes de mayo. Se puede llegar a la cima en teleférico, en automóvil o a pie. El sendero cuesta arriba implica subir 1.070 escalones, lo que lleva unos 30 minutos.
Mate en mano, alguna tortilla comprada sobre la ruta y unos buenos bollos salteños serán un buen comienzo para encarar el segundo día de recorrido. Debés tomar la ruta nacional 9 hasta el cruce de Güemes, luego la 34 y finalmente la 66, hasta llegar a San Salvador de Jujuy.
Allí se puede hacer una breve parada técnica y de paso aprendés sobre la historia, la arquitectura, la cultura y las tradiciones de la ciudad visitando lugares emblemáticos como la Casa de Gobierno, el Cabildo, la Catedral, la Plaza Belgrano, el Teatro Mitre y el Museo Arqueológico.
Retomando la ruta nacional 9, es momento de que te adentres en la Quebrada de Humahuaca. Para poder completar el recorrido, te aconsejamos las paradas más importantes en el camino. Sin embargo, no dudes en frenar cuando te encuentres con algún paisaje que te deje con la boca abierta.
La visita a Purmamarca es obligada, con su tradicional vista al cerro de los siete colores y su pueblo que no ha perdido identidad. En Maimará está el cementerio de altura, desde donde se observa la denominada paleta del pintor. Tilcara ofrece el pucará, con su jardín botánico de altura y la curiosa piedra campana. No puede faltar la parada en Huacalera para ver el monolito del trópico de Capricornio.
Tras recorrer las callecitas y los mercados de artesanías de Humahuaca, será momento de que encares el último tramo hasta Iruya. Con su atmósfera tranquila y vistas impresionantes, este pueblo es el destino ideal para aquellos que buscan desconectarse de la rutina y conectarse con la naturaleza. No por nada fue galardonado como uno de los más hermosos del mundo.
Con el alma llena y la vista encandilada, será momento de retornar al punto de inicio por la misma ruta.
El tercer día de viaje te llevará hasta uno de los paisajes más clásicos del noroeste argentino: las Salinas Grandes. Para ello, vas a tomar desde Salta la ruta nacional 51, que te llevará hasta San Antonio de los Cobres. En este bello pueblo, perdido en medio de la precordillera, podrás observar una de las estaciones del Tren a las Nubes.
Desde allí, tomarás la ruta hacia el norte que te llevará directo hasta el salar. Esta formación se encuentra a unos 3.450 metros sobre el nivel del mar y es la cuarta más grande de su tipo en Sudamérica.
Su origen es volcánico y data de aproximadamente 10 millones de años, cuando las placas tectónicas del continente chocaron con el pacífico. Las montañas se elevaron, formando una cuenca endorreica. Al erupcionar los volcanes, toda el agua mineralizada, las aguas saladas y las rocas derretidas bajaron como ríos y quedaron atrapadas allí. El líquido se evaporó durante el período cuaternario, dando forma finalmente a las salinas.
En un comienzo, la extracción se realizaba en llamas, posteriormente en burros y actualmente en camionetas o camiones, dependiendo el fin.
Es fundamental ir con ropa cómoda y llevar abrigo, agua, protector solar, alcohol en gel al 70% y lentes de sol. Si padecés problemas de presión alta, tenés que tomar los recaudos necesarios o evitar el viaje. Hay guías en el lugar que ayudan a recorrer y proveen de oxígeno en caso de ser necesario.
Finalmente, el último día estará dedicado a las vistas impresionantes, a la buena comida y al rico vino. Es momento de que tomes la ruta 68 hacia el sur.
Pasando Talapampa, el camino comienza a serpentear por la orilla del Río de las Conchas, que es el epicentro de la Quebrada de Cafayate o De las Conchas, una reserva natural que se encuentra ubicada dentro de los Valles Calchaquíes. Como el recorrido es sinuoso y hay varios miradores, se puede demorar más de 2 horas en recorrer este trayecto.
Este profundo cañón está marcado por extraordinarias paredes rocosas que exhiben impresionantes colores. A lo largo del día, la luz del sol se refleja diferente en los minerales, cambiando las tonalidades del paisaje. El nombre proviene de los restos de caracolas y fósiles marinos que se encontraron en la montaña, lo cual indica que hace muchos años la zona fue una costa marina.
El viento, la lluvia y el frío han tallado y erosionado las rocas, creando un paisaje de formas inusuales entre las que se destacan el Anfiteatro, el Sapo, el Fraile, el Obelisco, la Garganta del Diablo, las Casas de los Loros y los Castillos. Todas son identificables y están sobre el camino.
La ruta termina en el Cafayate, un pueblo reconocido por sus exquisitas bodegas y su buena gastronomía. Un plan ideal para finalizar el día disfrutando de los mejores sabores de la región.
En apenas cuatro días, podés conocer los paisajes, la historia, la arquitectura y la naturaleza más imponente del noroeste argentino. Una zona que deslumbra por su cultura y su identidad. Un destino obligado para quienes aman recorrer nuestro país.
Disfruta de acceso ilimitado a más de 100 notas sobre belleza, horóscopo, moda y tendencias!
Suscribirme