Hoy casi todos tienen en el congelador más de un alimento congelado, ya que, por ejemplo, para aquellos que viven solos, es más ágil y hasta más barato comer un plato de sopa congelado picar y hervir todas las verduras.
Sin embargo, hemos escuchado que los alimentos de este tipo son menos sanos que los frescos y hasta a veces, son cancerígenos, pero… ¿Cuánto de eso es verdad?
La principal diferencia que se encuentra entre alimentos frescos y congelados es que el segundo ha sido sometido a una disminución notable de temperatura, pero con ello aumenta su vida útil y asegura que su calidad sea intacta. En su mayoría conservan todas las vitaminas y minerales en las verduras refrigeradas mucho más tiempo.
Esto no quiere decir que sean más saludables que las verduras de una huerta, pero sí que es posible comer sano, aunque la comida haya pasado por otro proceso poco habitual.
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