El squirting se ha convertido en una de las prácticas que muchas personas con vulva desean experimentar. El squirt se suele confundir con la eyaculación debido a sus similitudes, pero no son lo mismo.
Esta manifestación líquida no es sinónimo de que el sexo sea mejor, así como la ausencia de este no implica necesariamente el no disfrutar del placer. La verdadera meta es expandir las sensaciones y conectar con el cuerpo.
El squirting es una manifestación líquida que se puede producir al estimular las glándulas parauretrales, que rodean a la uretra y puede darse por vía vaginal. Existe la creencia errónea de que es orina. Lo que se libera es un líquido abundante y claro, muy similar al agua.
Para poder experimentarlo primero es importante la exploración del cuerpo, que este se encuentre relajado y no preocuparse por alcanzarlo. Estos son algunos pasos que se sugieren para lograr el squirt:
Introduce un par de dedos en tu vagina y trata de sentir tu esponja uretral, la cual se encuentra a unos cinco u ocho centímetros en la pared anterior de la vagina (la que da hacia tu ombligo). Sentirás una textura rugosa.
Mueve los dedos como si harías la señal de ‘ven’. Si lo haces por ti misma, lo más cómodo es buscar una posición en cuclillas donde sea más fácil introducir los dedos.
Una vez que sientas la zona, ejerce presión despacio y con calma.
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