Hay tantas maneras de disfrutar la sexualidad que no somos muy conscientes de que podríamos experimentar un placer aún más intenso de lo habitual en una relación sexual. Lo importante es practicar todo tipo de caricias, tocamientos, mimos, arrumacos e, incluso, algún comentario sexual para poder ver las estrellas sin lugar a la penetración o la eyaculación: el verdadero orgasmo es el que cada uno decide sentir.
En realidad, hay diferentes maneras de desarrollar tu sexualidad, ya sea a través del sexo tántrico, el sexo oral, el sexo escrito (suscribiendo las palabras de Fernando Trueba)…. y lo cierto es que, toda la vida se ha dicho que “las prisas no son buenas”. No lo son, precisamente, porque no alcanzamos la relajación suprema en los habituales “aquí te pillo, aquí te mato” que la cultura popular nos intenta inyectar en vena en cualquier película (si estas leyendo esto y recuerdas aquel momento en el que lo intentaste practicar 15 minutos antes de irte al trabajo no eres la única, tambien somos muchas las que lo hemos intentado).
Aunque cada uno tenga su propia opinión y pueda hacer un comentario sobre ella, no está de mas que escuches la opinion de los demás o, al menos, conozcas qué es el slow sex y por qué no vas a querer dejar de practicar esta técnica. Es muy sencillo: como su propio nombre indica, se trata de tener sexo y ser consciente de que el tiempo siempre corre a tu favor, además de que la máxima verificada de esta técnica es que el clímax no es el punto álgido de una relación sexual. Una vez te de por practicar slow sex, probablemente no quieras probar otro tipo de fuente de placer.
Básicamente, consiste en dedicarle el tiempo que sea necesario a los mal llamados preliminares (mimos, caricias, mordiscos, felación, cunnilingus, annilingus…, en definitiva, probar toda la parte blanda del cuerpo de tu pareja) en lugar de dedicarle toda la atención a la penetración o al orgasmo (que la vagina no es ninguna diana a la que lanzar dardos, ¡oiga!). Poner en valor el contacto, con tu pareja, aunque desde el visual hasta el íntimo. Es tu momento: tienes, al menos, que intentarlo… y disfrutar sin prisas y sin pausas.
En este caso, es importante que en tus relaciones sexuales des la importancia que se merece a la respiración y a la entrega a la otra persona, de manera que el hecho de compartir el placer te de más y más ganas de seguir haciéndolo. Pero ojo, uno de los grandes “inconvenientes” de esta técnica es que tendrás que controlar tus impulsos sexuales, ya que precisamente busca retrasar la eyaculación masculina lo maximo posible.
Estamos convencidas de que varias parejas dejarán volar su imaginación para disfrutar del momento e intentarlo de este modo. Así, os proponemos una serie de consejos para explorar la sexualidad de ambos sin tapujos y sin vergüenzas. El que decida seguir este comentario, seguramente no vuelva durar tan poco como cuando las las prisas son inevitables.
Uno de los pasos fundamentales de este proceso es conocer bien cómo es el cuerpo de tu pareja. Debes saber con certeza cómo le gusta que le toquen, dónde le encanta que le muerdan o en qué parte de su cuerpo le gustaría que le dieras un lametón. Esto consiste en disfrutar, así que no te cortes y pídele lo que más te guste… Si lo hace con ganas, cariño y, por encima de todo, respeto, verás las estrellas pasar mientras disfrutar de unos besos muy agradables. También es cierto que hay muchas maneras de conocer las zonas que más le excitan a tu “otra mitad” mediante juguetes sexuales, potenciando sus sentidos con una venda en los ojos.
Una de las formas de conocer el cuerpo de tu pareja es echando mano del gel para proceder a la exploración de las zonas erógenas y de mayor sensibilidad. ¿Quién no siente un mundo de sensaciones cuando le untan en cierta zona gel refrescante? Para muchas personas, esta es una compra imprescindible, especialmente si se trata de un gel con algún sabor si se tercia el sexo oral y la masturbación. Para asegurarte de que vas a sentir un mundo nuevo bajo tu cuello, tapa la zona (o tápate entera) para aguardar calor y que el contraste con el gel sea aún mas fuerte e intenso. También puedes optar por unos delicados azotes para que la zona en cuestión se caliente y esparce el producto antes de que se vuelva a enfriar.
Otra manera de contener las ganas de eyacular es que las parejas dediquen un tiempo a conversación previa o durante la relación sexual. Esta intercalación de subidones os permitirán estar excitados durante el máximo tiempo. En todo caso, la mayoría es consciente de compartir una mirada intensa o unas palabras subidas de tono son incluso mejores que otros preliminares más específicos (de ahí que el sexo tántrico no sea mala opción para irse calentando de cara al “slow sex”) y aumentan mucho la tensión entre ambos. Todas las que lo hemos probado somos de la opinión de que unos ojos nos pueden volver mucho más locas que otros métodos para acercarte a tu pareja.
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