Las relaciones de amor o las historias de parejas normalmente no son cuentos de hadas perfectos, y en un momento dado pueden ser complicadas de por sí. Muchas personas tienen piedras en el camino hasta llegar a la plenitud y en eso estamos de acuerdo. Sin embargo, hay cosas que son normales en el mundo del amor y otras que deberían ser absolutamente inaceptables. En esta ocasión nos referimos a esas relaciones tóxicas, a esos momentos donde lo malo pesa más que lo bueno y el verdadero peligro es pensar que es algo justificado, y normal.
Cuando lo malo está enquistado se puede llegar a normalizar. Esto es muy negativo, porque normalizar una serie de situaciones que son malas y dañinas hará que el amor propio se desvanezca y se viva en un estrés y en una nebulosa constante, donde incluso se tema hablar para no enfadar al otro.
El amor tiene que ser fácil. Debe fluir, debe ser sencillo y pleno. Por supuesto, que las relaciones pueden complicarse y claro que todas las parejas tienen discusiones y problemas, pero no tienen que ser nocivas, hacer daño y destrozar el autoestima del otro.
Hay comportamientos inaceptables en cualquier situación. Una cosa es pasar una mala racha o una racha quizá más agobiante, que pueden ser por cuestiones de trabajo, de dinero, de la educación de los hijos, y otra muy distinta que la falta de respeto sean una constante y algo habitual.
Es mejor estar solo que mal acompañado. Esto es una verdad, ya que a veces nos agarramos fervientemente a relaciones o a personas que, aunque nos hacen daño, al menos están ahí. Este es otro error garrafal que lo que logrará es que nos sintamos mal, que nuestra autoestima no exista y que nos sintamos dependientes. Es mejor cortar por lo sano.
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