Sexo oral: dejalo sin aliento

Digan lo que digan, el sexo oral es una de las partes más importantes en las relaciones sexuales para el género masculino. Para ellos se trata no solo de un momento de intenso placer, sino de una de las conexiones más íntimas que pueden tener con su pareja.

Seguramente te hayas preguntado alguna vez si tu forma de practicarlo es la mejor, y quizás sea un tema que hayas comentado también con él en alguna ocasión. Lo mejor, por supuesto, es que tanto si dudas como si no, le preguntes a él directamente: interésate por sus gustos, descubre qué le excita y qué no. A pesar de que existen una serie de consejos básicos que puedes seguir, los hombres, al igual que las mujeres, no son máquinas regidas siempre por el mismo patrón.

Como siempre, la confianza será la clave de una vida sexual completamente plena y placentera pero, siempre puede haber unos consejos para hacerlo todo un poco más divertido:

¿Cuándo practicarlo? Para algunas mujeres, la práctica del sexo oral es algo exclusivo de las ocasiones especiales. De la misma forma en que disfrutas dándole placer de otras formas, te sorprenderá descubrir que puedes encontrar aquí una de las actividades más placenteras para vos misma. Dejándote llevar y, sobre todo, escogiendo siempre el momento de practicarlo, podes llegar a convertir esta práctica en una de tus favoritas.

Siempre, a los ojos: además de eliminar por completo todo tipo de actitudes de sumisión o demasiado agresiva, ya que recorda que siempre debes ser vos quien elija cuándo y cómo practicar este tipo de prácticas, uno de los trucos infalibles a la hora de excitarle consiste en mirarle sin miedo a los ojos mientras lo hagas. De esta forma, él podrá comprobar que disfrutas dándole placer y, además, el momento de unión será mucho mayor.

Mucho cuidado: nada de movimientos demasiado bruscos. Está claro que siempre está bien añadir un poco de picante al momento y se puede jugar con esto, pero recorda que el pene es una zona delicada. Especial cuidado a la hora de jugar con los testículos, las manos, y sobre todo con los mordiscos.

Utiliza todas tus armas: a la hora de practicarlo, recorda que puedes jugar utilizando no solo la boca sino también las manos, jugar con la presión de la boca e incluso, con mucho cuidado, con los dientes. Explora, observa, y pregunta: esa es la mejor clave a la hora de saber qué le gusta.