Libido femenino


Todo lo que tenes que saber sobre ella


La influencia de las hormonas en la libido

Las hormonas del deseo son los estrógenos y la testosterona, producida por los ovarios. Las fluctuaciones hormonales, particularmente en el transcurso del ciclo menstrual, influyen particularmente sobre la intensidad del deseo femenino. De esta forma, pueden provocar un aumento o una disminución del mismo.

Durante los días que preceden a la ovulación, nuestro cuerpo registra un pico de estrógenos, por lo que nuestra libido está en su apogeo, salvo en las mujeres que toman anticonceptivos, por supuesto. En cambio, tras el parto, segregamos prolactina, una hormona antideseo. Esto explica que, a menudo, se produzca una disminución de las relaciones sexuales después de un embarazo, lo cual puede plantear problemas en numerosas parejas.

Factores psicológicos que afectan a la libido

El cerebro tiene mucho poder sobre la excitación sexual. Tener una mente abierta no tiene nada que ver con la edad física, influye más en la edad sexual. Esto es una actitud, depende de como lleves tus relaciones sexuales: si te gusta experimentar y probar cosas nuevas serás una persona joven en lo que a sexo se refiere, si te aburre el tema o cada vez tenes menos ganas, ¡envejeciste!

Deseo sexual con los años

La libido aumenta con el tiempo y, sobre todo, con la experiencia. La madurez sexual se sitúa hacia los 35 años. Con la menopausia, el índice de estrógenos disminuye, los ovarios generan menos testosterona.

Pero, como los factores psicológicos también intervienen, el deseo no desciende forzosamente: las mujeres, al tener más tiempo para pensar en ellas y en su pareja, conceden un mayor espacio a su vida sexual. Esto se puede traducir en un aumento del placer durante la relación sexual y, por tanto, mayor apetito.

Los trastornos del deseo sexual

Suele pasar que un problema de salud, un medicamento, el estrés, el cansancio o incluso una dificultad en la pareja bloqueen el deseo. Esta baja de la libido a menudo es pasajera. En cambio, si el problema persiste en el tiempo, no dudes en hablarlo con tu pareja y en consultar a un especialista, que podrá ayudarte a encontrar el origen del bloqueo.

También debes tener en cuenta que muchas veces, aunque den menos ganas, es posible volver a activar el deseo a través de la práctica. Proba autoexplorarte, a masturbarte, a redescubrir tus zonas erógenas. Por supuesto, no se trata de forzarse, la intensidad de la libido no siempre tiene por qué ser la misma y hay que saber escucharse en cada situación.

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