Rompiendo el mito

La idea de que una pareja que vive de forma plena su sexualidad no necesita aditivos es tan equívoca como perjudicial. Cuando el respeto, la confianza y la comunicación están presentes como piedra angular de una relación, se abre un universo sexual muy complejo que permite mantener viva la llama y donde la única norma vigente es que todo, o casi todo, vale.

Los juguetes sexuales pueden llegar a ser un complemento que pueden aportar ingenio desde las primeras etapas de la relación. No es necesario esperar a que lo relación “se enfríe” para innovar: que la diversión, la curiosidad y el aprendizaje estén entre las bases de la intimidad ayude a mantener activo el deseo sexual y a esquivar los achaques de la rutina.

No solo juguetes, también juegos

Supongamos que decidieron dar el paso de incorporar algunos juguetes sexuales al sexo en pareja. Pero no todo se basa en hacerte con un par de piezas que tener muertas de aburrimiento en un cajón o limitarse al uso básico que su propia forma sugiere.

Cuando pienses en este aspecto del sexo, no te centres solo en los juguetes de los que dispones, sino en además crear juegos eróticos que puedan convertir la práctica sexual en un momento para combinar la pasión con mucha creatividad y, talvez, algunas risas. Estos son algunos casos:

Preguntas y respuestas: apto para los más culturetas. En el mercado hay un montón de juegos sexuales al estilo Cluedo. Si ninguno te encaja, con casi cualquier juguete podes crear una dinámica en la que, si se responde correctamente a una pregunta, se puede pasar a la siguiente; si no, se debe interaccionar con el juguete en señal de castigo.

Ver y no tocar: ideal para elevar la temperatura al máximo. En este caso la idea es que uno de los miembros de la pareja pueda observar al otro interaccionando con los juguetes, pero sin poder tener contacto físico. ¡A ver quién se rinde antes!

Azar puro y duro: perfecto para los más juguetones. Proba a llenar una bolsa de tela con muchos trozos de papel, algunos marcados y otros no. Comiencen agarrando los papeles por turnos y cada vez que salga uno marcado, ¡sorpresa! Quien gane podrá decirle a su pareja que haga algo concreto con los juguetes de los que tienen, o con lo que deseen.