Ciertas miradas y complicidades, conversaciones o momentos compartidos en una pareja pueden indicar que aún existe una conexión sexual erótica, a pesar de que se encuentre atravesando una disminución en la práctica sexual genital.
Mantener relaciones sexuales de manera habitual naturalmente aumentará el deseo sexual. De la misma manera, lo mismo sucede al revés, cuando la frecuencia es escasa, el deseo sexual baja y la persona tiene menos ganas.
Tener relaciones sexuales puede reactivar los motores, permitiendo que el cuerpo comience a producir más hormonas sexuales que les recuerden que les agrada, disfrutan haciendo el amor y querrán hacerlo con más frecuencia.
Intervenir antes de que el problema cobre vida propia y evitar las excusas
Cuanto antes surja el tema de conversación, mejor. Algunas parejas deciden que es más fácil no tener sexo en absoluto que lidiar con los sentimientos heridos y las emociones impredecibles, como la culpa o la ira.
A la hora de comenzar con la dieta o la actividad física, las excusas están a la orden del día. Con los objetivos sexuales sucede lo mismo. Las parejas asexuadas utilizan como coartada el cansancio y la falta de “humor” a la hora de ir a la cama. Tener en cuenta que el deseo es más receptivo que espontáneo contribuye a dar un pequeño paso hacia ser más sexual todos los días.
También suele ser el caso de las parejas que carecen de contacto en absoluto. Los besos activan los mismos centros de placer en el cerebro que la actividad sexual. De hecho, es una de las actividades sensuales más importantes para la intimidad y la cercanía de una pareja, y las bocas son órganos sexuales subestimados.
Disfruta de acceso ilimitado a más de 100 notas sobre belleza, horóscopo, moda y tendencias!
Suscribirme