Hablá de vos, no del otro
Cuando quieras plantear algo, no hables del otro, de lo que hizo o de lo que dejó de hacer. Cuando te toque abrir un tema, habla de lo que te pasó a vos con lo que hizo el otro, de cómo te sentiste. Eso te va a ayudar a no criticar, de hablar de tus sentimientos, y si no críticás es más difícil que la otra parte se defienda y ofenda, y más fácil es que pueda escucharte abiertamente.
Planteo violento, final violento
Si uno le planteo a su pareja desde el principio algo que le molestó de manera violenta, agresiva, es muy probable que esa discusión termine empeorando las cosas. La gran mayoría de los conflictos que empiezan mal, terminan mal. No hay forma de que comiences agrediendo al otro y luego terminen a los abrazos. Entonces lo mejor es que tomarse unos segundos y pensar en cómo va a hacer el planteo, que salga de la mejor manera.
La indiferencia mata
Mucho peor que la crítica es la indiferencia en el medio de una pelea. Si el otro critica, por lo menos uno se puede defender. Ahora, si el otro trata con indiferencia, no se puede hacer nada y eso va a generar una impotencia que puede llevar a uno a explotar. La conducta de bajar la cortina durante una discusión y no decir más nada suele ser muy habitual en los hombres.
Revisá los frenos
Muchas veces una pelea es como un auto que empieza a aumentar la velocidad: si no se frena puede chocar contra una pared. Pensar cuales son los frenos que tiene la pareja y poder usarlos será muy importante para evitar una escalada. A veces durante una discusión, uno de los dos puede llegar a abrazar al otro con la consigna de “no peleemos más”; eso es un freno que uno de los dos intenta. A veces, uno de los dos quiere frenar y el otro quiere seguir discutiendo y entonces no hay freno que valga. Está claro que esto no resuelve el conflicto, pero sirve para parar a tiempo y no empeorar las cosas.
Evitá las críticas y burlas
Una crítica, en general, hace referencia a algo que pasó y suele también generalizar y agraviar. Un camino es que uno se queje porque ayer le tocaba lavar los platos y no lo hizo y otro muy diferente es que hacer el mismo planteo, generalizando y echando en cara situaciones pasadas. Frente a una crítica como esta, el otro inevitablemente se va a defender y desde esta lógica no hay discusión posible que termine bien.
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