Aprende a tener y mantener el deseo sexual

El principal mecanismo para desencadenar el deseo sexual es el estímulo, externo o interno. Un pensamiento, una caricia, un soplido, una fantasía.

Estos estímulos hacen que nuestro cerebro se active y los interprete como sexuales. A partir de ahí, se desencadenan una serie de respuestas en nuestro cuerpo, que si las seguimos alimentando con excitación y/o estímulos, harán que aumente nuestro deseo sexual.

man in white and orange long sleeve shirt holding chopsticks

Nuestro cerebro se puede activar y a partir de ahí, se desencadenan una serie de respuestas en nuestro cuerpo, que si las seguimos alimentando con excitación y/o estímulos, harán que aumente nuestro deseo sexual.

El deseo sexual lo podemos inhibir o activar, dependiendo de muchos factores:

  • Nuestras creencias y experiencias previas. Podemos haber vinculado el deseo a una emoción desagradable o incluso dolorosa por una situación vivida. O también, podemos querer inhibir el deseo porque nos han transmitido que tenerlo es malo, pecaminoso o negativo.
  • La situación o el contexto. Si consideramos que es adecuado o no en ese momento concreto. O si lo percibimos como seguro o no.
  • El “objeto” de deseo. Si sabes cuál es; si es real o, sin embargo, es inalcanzable; si es sano y consentido para nosotros o nosotras y/o para la persona con la que queremos ponerlo en práctica…

silhouette of man and woman standing on roof building

Lo importante, es saber que somos nosotros los que podemos gestionar nuestro deseo: cuidándolo, alimentándolo o, simplemente, eliminándolo.

El deseo sexual no es algo primario, es decir, hay que buscarlo, fomentarlo y cuidarlo. 

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