1. Fibras y granos
Las frutas, las verduras, las legumbres, las leguminosas y los granos como la avena, la linaza, la chía y el sésamo son ricos en fibras solubles y ayudan a modular el apetito.
2. Proteínas y grasas no saturadas
Tanto las proteínas como las grasas no saturadas retardan el vaciado gástrico, es decir, la salida de los alimentos hacia el intestino, prolongando así la sensación de saciedad durante más tiempo tras las comidas.
Entre los alimentos más proteicos están las leguminosas, como las habas, las lentejas, los guisantes, los garbanzos y la soja, además de las carnes, los huevos y los lácteos.
Entre los alimentos ricos en grasas no saturadas están el aguacate, las nueces de Brasil y otras semillas leguminosas, el aceite de oliva y otros aceites vegetales.
Este tipo de grasa, que se encuentra principalmente en los vegetales, también puede tener un efecto positivo en el cuerpo, ayudando al organismo a combatir el colesterol malo, los triglicéridos, y a controlar la presión arterial, además de ayudar a controlar el apetito.
3. Alimentos de acción termogénica
Además de escoger los alimentos que ayudan a controlar el apetito se pueden elegir ingredientes que favorecen una acción termogénica en el organismo; es decir, que aumentan la temperatura corporal y aceleran el metabolismo basal para la producción de energía.
En general los alimentos que tienen esta característica son condimentos, como detalla a continuación el especialista:
Pimienta: tiene la sustancia llamada capsaicina, que ayuda a acelerar la quema de grasa.
Canela: actúa como un hipoglicemiante natural, que ayuda a la quema de grasa al nivelar la glicemia, es decir, la cantidad de glucosa contenida en la sangre.
Cúrcuma: funciona como un antioxidante natural.
Gengibre: además de acelerar la quema de grasas tiene propiedades antiinflamatorias, que ayudan en los casos de obesidad.
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