Aprendé a comer bien sin caer en las clásicas dietas

Uno de los peligros de los propósitos de año nuevo es que nunca se cumplen. Normalmente suelen ser deseos casi inalcanzables, como por ejemplo, perder 10 kg en un mes o empezar a hacer deporte. No hay nada de malo en ponerse objetivos, sin embargo, estos propósitos llevan consigo un problema: el tiempo. Queremos ver resultados en tiempo expréss y cuando no lo hacemos, nos desmotivamos. Por eso, las dietas que prometen un cambio de peso radical en un tiempo récord dan más dolores de cabeza que resultados.

Con los bombardeos de las diversas dietas de moda, es una tentación subirse al carro de “adelgaza tres kilos en una semana” para deshacernos de los excesos del día a día. No obstante, estas dietas son conocidas por sus restricciones nutricionales, su gran deficit calórico, que pueden funcionar al principio, pero que a largo plazo, resultan en efectos secundarios a todos los niveles, tanto físicos como psicológicos, que ponen tu salud en riesgo.

¿Qué podemos hacer para evitar este tipo de dietas?

Según expertos, la clave está en centrarse en una alimentación completa priorizando los vegetales, limitando el consumo de carne y consumiendo mucha fruta, granos enteros, legumbres, grasas buenas, frutos secos y semillas para saciarnos y no sufir ataques de ansiedad. La clave está en sentirnos llenos con alimentos que tienen pocas calorías y son sanos con el objetivo de adelgazar. Si ves resultados con este tipo de alimentación no te vas a sentir tentado de acudir a las dietas milagro.

El objetivo no es perder mucho peso de forma rápida, sino elegir un plan de alimentación con hábitos saludables que se pueden perpetrar en el tiempo: una dieta que apueste por la variedad, la densidad de nutrientes, el control de la cantidad y que limite los azúcares y las grasas saturadas. Con la combinación equilibrada de nutrientes conseguirás ganar en salud y no sufrir por la alimentación como ocurre cuando seguís una alimentación muy limitada.