Multivitamínicos: Los pistachos cuentan con vitaminas del grupo B, excepto la B12, vitaminas A, E y C y minerales en abundancia como magnesio, fósforo, potasio, hierro, calcio, zinc o selenio. También son ricos en fibra (6,5 gramos de cada 100 g), sustancias antioxidantes, fitosteroles y aminoácidos.

Ricos en proteínas: Uno de los factores por los que se destacan los pistachos es por su alto contenido proteico: 20 gramos cada 100 g. Es el fruto seco que más proteína tiene después de la nuez.

Aliados de la piel: Por su contenido en vitamina E, que es un potente antioxidante, colabora en la salud de la piel. Esta vitamina es de vital importancia para protegernos de los rayos UVB, la contaminación y otros agentes agresivos. También es interesante su aporte de vitamina A, un nutriente que tiene como beneficio ser un gran regenerador de la piel.

Buenos para la dieta: En cantidades moderadas los frutos secos no son un problema para mantener el peso sino que pueden ser una opción para aportar calorías repletas de nutrientes que nuestro metabolismo y nuestra microbiota necesitan.

Aportan vitamina C Y B6: El pistacho es rico en vitamina C, que incrementa la síntesis de colágeno y regula la formación de queratina, contribuyendo a mejorar la cicatrización de las heridas y las elasticidad de la piel. También tiene vitamina B6, encargada de la regeneración celular del cabello y el cutis.

Para deportistas: Son energía de absorción lenta, por lo que pueden ser una alternativa natural a muchos alimentos y barritas procesadas para deportistas. Ideales para ellos por su alto contenido en proteína vegetal, porque pueden ayudar a la recuperación después de realizar una actividad física. Asimismo, es un alimento bajo en grasas saturadas, y no tiene colesterol, lo que suma poder en la defensa contra las enfermedades cardiovasculares.

Los pistachos se pueden comer como snack o agregarlos a una ensalada, pelados, o en un salteado de verduras añadiéndolos al final, picados. En el yogur también van bien.