Las semillas de girasol, a pesar de ser un poco más calóricas que el resto, tienen unas propiedades nutricionales muy interesantes. Son muy ricas en potasio, un mineral presente en todos los alimentos que regula el metabolismo del agua en el organismo. Por este motivo, resultan muy beneficiosas para personas con problemas de hipertensión, trastornos circulatorios como edemas y para deportistas.
Además, su contenido en Hierro, Fósforo, Calcio y Magnesio, vitaminas A, D, E y B, les otorgan propiedades energizantes, diuréticas, expectorantes y antioxidantes, resultando muy útiles en épocas de estrés.
Curiosidades: al ser muy ricas en minerales y ácidos grasos, las semillas de girasol son un gran complemento en embarazos, osteoporosis y fibromialgia.
Cómo consumirlas: puedes tomarlas sin remojar, pero es conveniente tostarlas o molerlas para aprovechar al máximo sus propiedades. Con ellas puedes hacer bebidas vegetales o consumirlas como un complemento decorativo perfecto en cremas de verduras y ensaladas.
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