El envejecimiento de la piel es un proceso natural que preocupa a muchas mujeres y que se caracteriza por la pérdida de ácido hialurónico y colágeno. Muchos factores internos lo provocan (como la genética, las hormonas y nuestro reloj biológico), pero hay factores externos que se pueden controlar. Estos tienen que ver con los cuidados que le demos a nuestro organismo y, claro, la comida no está exenta. La mala alimentación, el consumo de alcohol, el tabaquismo, la exposición al sol y la falta de sueño son los principales factores externos que afectan nuestra piel. Una buena idea es empezar a pensar nuestra dieta diaria sobre la base de cómo queremos que se vea nuestra piel.
Nutricosmética (de verdad)
Ya sabemos que somos lo que comemos y esto se refleja en nuestra piel, por eso mantener una alimentación equilibrada ayuda a nutrir y a rejuvenecer la dermis. Nuestra piel se ve extraordinariamente favorecida ante la ingesta de nutrientes antioxidantes como las vitaminas C y E, que permiten la cicatrización de la piel y la producción de colágeno. Sin embargo, estos no son los únicos alimentos que la favorecen. Aquí te dejo algunas recomendaciones:
Hidratarse a lo largo del día, ya que incrementa la producción del colágeno, mejora la circulación sanguínea, la oxigenación y nutrición de la piel.
Consumir tres frutas frescas por día. Algunas como pomelo, naranja, mandarina, kiwi son ricas en vitamina C y favorecen el crecimiento celular. Un consejo es pelarlas al momento del consumo para evitar la pérdida de vitaminas.
Incluir verduras en las comidas, preferentemente crudas o cocidas con poca agua, durante el menor tiempo posible, ya que se evita la destrucción celular. Zanahoria, zapallo y batata son una excelente fuente de betacaroteno, precursor de la vitamina A, que reduce el envejecimiento.
Elegir tomates y verduras de hoja verde (acelga, espinaca, rúcula): tienen alta proporción de agua y protegen a las células de la acción de los radicales libres.
Para condimentar las comidas, preferir aceite de oliva ya que contiene vitamina E, beneficiosa para la piel.
Consumir frutas secas (nueces, almendras, avellanas) y semillas en forma de colación o en las ensaladas: tienen antioxidantes y selenio, que protegen a las células del envejecimiento.
Nutrirse de pescados: alimentos como las sardinas, el atún, el bonito, las anchoas o el salmón tienen alto contenido en Omega 3 y por ello contribuyen al cuidado de nuestra piel.
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