Aunque los cereales refinados pueden ser más agradables para el paladar, los integrales son mucho más sanos, ya que contienen fibra y nutrientes.
La única diferencia esencial que existe entre estos cereales es que los refinados están modificados químicamente. Así, se les elimina el salvado y el germen. Sin embargo ambos aportan la misma cantidad de calorías. Por lo que la porción debe ser moderada, sea integral o refinado.
Un cereal integral puede tener entre 2 y 5 gramos más de proteínas que un cereal refinado por cada 100 gramos. Es por ello que la sensación de saciedad es más alta. Del mismo modo, tienen menor índice glucémico.
Existe una relación de los cereales integrales con la prevención de enfermedades: se debe a que reducen el riesgo de infarto de miocardio, hipertensión, obesidad y diabetes. Su ingesta se asocia a un menor riesgo de insuficiencia cardíaca. Por el contrario, otras dietas, que no incluyen cereales integrales o incluyen cereales refinados, pueden aumentar el riesgo.
Las dietas ricas en cereales integrales pueden disminuir el riesgo de cáncer en general, y concretamente el de cáncer de mama. Las personas que consumen altas cantidades de cereales integrales en su dieta, tienen más del 30% de riesgo menor de contraerlo, que las personas que consumen bajas cantidades de cereales integrales.
Disfruta de acceso ilimitado a más de 100 notas sobre belleza, horóscopo, moda y tendencias!
Suscribirme