Las mujeres tenemos necesidades nutritivas distintas a las de los hombres, y aunque parezca obvio es un detalle que no siempre tenemos en cuenta. Y eso tal vez esté repercutiendo directamente en tu salud o en tu calidad de vida.
Las mujeres solemos tener más carencia de este mineral que los hombres, lo que se traduce en irritabilidad, cansancio, problemas para dormir o calambres musculares, sobre todo en los días previos a la llegada de la menstruación.
Una carencia de magnesio además de afectar al ánimo puede producir problemas de tensión arterial y afectar de una forma importante a los huesos, que no absorben bien el calcio y se debilitan.
El equilibrio de líquidos en el cuerpo tiene que ver con una correcta relación entre sodio y potasio. Cuando el balance no es correcto podemos llegar a acumular demasiado líquido y aparece la sensación de hinchazón.
Si no has empezado una dieta, ni haces más ejercicio pero te sientes agotada, puede que tu falta de hierro se deba a la menstruación. De todas formas si este cansancio se alarga más de un mes deberías consultar al médico.
Para los casos puntuales (sin ninguna enfermedad asociada) la alimentación te puede echar una mano.
Cuando llega la menopausia el organismo de la mujer se resiente por que la disminución de estrógenos afecta al sistema cardiovascular. La vitamina C puede disminuir el riesgo de tener alguna dolencia de este tipo hasta en un 20%, según un estudio británico.
Las recomendaciones generales de la OMS son tomar dos lácteos al día. Pero no son los únicos alimentos en aportarlo: el sésamo, los frutos secos, los pescados azules o ciertas verduras también lo llevan. No olvides incluir estos alimentos en tu dieta a diario.
Sospecha de ello sobre todo si tu apetencia es en particular por dulces, ya que el déficit de cromo puede provocar un descenso brusco de los niveles de glucosa que te llevan a desear alimentos ricos en azúcares.
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