El problema de la obesidad infantil no sólo afecta a los países de medianos o bajos ingresos, sino también a los países más desarrollados debido al sedentarismo y la mala alimentación que están teniendo los niños. La Organización Mundial de la Salud advierte que el 60% de los niños con sobrepeso los serán de mayores, y esto puede provocar problemas cardiovasculares, diabetes tipo 2, desórdenes mentales, entre otros factores de riesgo de enfermedades graves.
Consejos para evitar la obesidad infantil
Según los expertos en pediatría para potenciar la prevención de la obesidad y el sobrepeso infantil es muy importante educar a los padres. Es fundamental entregarles toda la información necesaria tratando de que generen buenos hábitos desde los primeros meses de vida. Aprender a alimentarse de manera correcta y adquirir hábitos saludables, van a evitar el sobrepeso. Además, el niño va a tener una buena calidad de vida y va a prevenir enfermedades que podrían aparecer en su vida adulta.
Algunos consejos para tener en cuenta
El desayuno tiene que ser abundante y completo y se deben distribuir las comidas a lo largo del día de 4 a 5 tomas. Los dulces deben consumirlos en su justa medida, no es conveniente prohibirlos totalmente, ya que pueden generar ansiedad en los pequeños y rechazo a otros alimentos. Se debe limitar el consumo de refrescos azucarados sobre todo durante las comidas, y complementar con jugos de fruta naturales, o agua.
Es importante que realicen actividad física al menos 4 veces a la semana durante media hora al día, y que beban a diario mucha agua. Es fundamental pasar menos tiempo delante de las pantallas, por lo que hay que organizar el tiempo en que estén mirando televisión, junto al ordenador, o a otros dispositivos móviles.
Es conveniente que dediquen ese tiempo salir a caminar, correr, nadar o montar en bici. Es prioritario evitar el sedentarismo porque la inactividad los predispone al sobrepeso. Se aconseja que no permanezcan más de 2 horas al día frente a estos aparatos. Los padres tenemos que cambiar nuestros propios hábitos para tener hijos más sanos. Si los niños nos ven inactivos y alimentándonos de forma incorrecta, no estamos dando un buen modelo.
Es fundamental incorporar cinco raciones diarias de frutas y verduras, cuatro raciones de carbohidratos: pasta, cereales, arroz, patatas, tres raciones de proteínas y lácteos presentes en: pescado, huevos, carnes y lácteos. Consumir grasas saludables sólo dos raciones diarias: Frutos secos y aceite de oliva.
Debemos enseñarles que la comida tiene que ser un momento agradable, de distensión, hacerlo tranquilo y despacio. Disfrutando del momento.
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