Hilda Bernard nació en Santa Cruz en 1920. Su versatilidad y talento la llevaron a captar los ojos y oídos de los argentinos en numerosos espacios. Brilló en el radioteatro de los años 40 y 50, fue figura en numerosas películas en los ’80 como «La Extraña Dama» (donde interpretó a Sor Sacramento) y se ganó el cariño de la gente con su papel en la tira «Chiquititas».

Su primera labor actoral fue en la obra «Martín Fierro» y desde que empezó trabajó en más de veinte películas, numerosas novelas televisivas y en obras de teatro de todos los géneros y estilos.

Fue hija, esposa, madre, abuela, protagonista benévola y villana malvada, logrando incluso infundir miedo a los públicos más variados. Con su delgadez como marca de su figura y una voz característica e inimitable, alternó entre muchos papeles que le permitieron convertirse en el ícono de la actuación argentina que es hoy.

En 1992 fue elegida Mejor Actriz de Reparto en los premios Martín Fierro por su papel en la telenovela «Antonella». En 2010 se le otorgó el Premio Éter a la trayectoria en Radio y el Premio María Guerrero por su carrera en el teatro. En el año 2015 recibió también el Martín Fierro a la trayectoria tras haber sido una artista de culto durante décadas.

Por supuesto, sus 100 años de vida y 75 de trayectoria tuvieron sus altibajos. En 2014 superó un Accidente Cerebrovascular (ACV) y este año se contagió de Covid-19 en el hogar para adultos mayores en el que reside, logrando también ganarle la batalla al virus.

Querida y admirada por todos, Hilda Bernard fue saludada por miles de amigos y fans tanto del ámbito de la actuación como también de otras esferas. Una artista brillante que se destacó en la mayoría de los espacios de la actuación de nuestro país para transformarse en referente.