Estamos en pandemia y estamos viviendo cosas terribles nocivas para nuestro cuerpo, mente y espíritu. Somos seres sociales y, por lo tanto, lo más importante para nuestro bienestar es el contacto con los otros y el sentimiento de pertenencia, que hace que todo tenga sentido. Somos capaces de dejar de comer con tal de sentirnos parte. Así de fuerte es esa necesidad, así de vital. Pero también podemos elegir la forma de verlo. Si has tenido la bendición de no haber perdido a ningún ser querido y tener un techo y comida, toda esta pandemia te está haciendo un regalo único e irrepetible. Vino a terminar con lo que nos estaba haciendo mal, basta con ver cómo se purificó y revitalizó la naturaleza para darnos cuenta. El agua se limpió, el agujero de la capa de ozono se achicó, los animales “salieron” a la vida. Por nuestro lado, somos seres naturales, pero todo esto pasa hace ya un año, ¿no tuvimos suficiente? Sí y no. Es verdad que ya no somos las mismas personas, que la vida nos regaló la destrucción de rutinas para poder recrear una vida mejor pensada. Nuestra vida estaba basada en regímenes de hace décadas y ya, claramente, son obsoletos.
Nuevas rutinas
Debemos entender que si se destruyeron todas las rutinas y formas, tenemos que crearlas todas otra vez, esta vez mejoradas. Ahora bien, ¿cuándo fue la última vez que creaste tu vida desde la nada misma? Una sola y a medida que creciste, basada en las rutinas de quienes te rodeaban, ¿cierto? Por lo tanto, ¿cuándo fue la última vez que creaste una rutina tuya al 100 % y basada en lo que vos necesitás? Nunca, ¿cierto? Bueno, como todo lo que hacemos por primera vez, aún no somos expertos, por lo que es muy prudente tomarse el trabajo de hacerlo con mucho cuidado. Y es por eso que esta pandemia vino a durar más de un año. Pero, ¿la segunda ola? Es básicamente lo que viene después de la “prueba piloto”. Desde fines del año pasado y durante el verano, “volvimos a salir” un poco y a recrear la realidad. Pero, siendo que es la primera vez que lo hacemos, quedan varias cosas que ajustar, por lo que podemos tomar ese “descanso” de verano como la prueba piloto y ahora terminar de ajustar lo que necesitamos para que el resultado final sea el deseado.
Manos a la obra
Por eso, hoy te invito a que te tomes el trabajo de elegir cómo querés que sea esto, pero de verdad. ¿Qué querés que siga? ¿Qué no? Y terminar de afilar la realidad que vendrá. Porque, quieras o no, todas las rutinas se han roto. Y con eso surge la necesidad de crear nuevas, podemos recrear las viejas sin haber aprovechado semejante oportunidad o podemos crear unas nuevas y evolucionadas, ¿cuáles estás creando vos? ¿Te lo preguntaste? Si no lo hiciste, ¡hacelo! Estamos en un momento de transformación, cambió la era. Obvio que todos podemos cambiar cuando queremos lo que queramos, pero si todo desaparece y debemos crear, es mucho más fácil y rápido que romper nuevamente una rutina obsoleta y crear la deseada… si aprovechás ese cambio, todo lo que hablamos recién podés usarlo a tu favor. ¿Lo pensaste? Entonces, te pregunto otra vez, ¿cuáles estás creando vos?
¿Por dónde empezar?
1. Hacé una lista de lo que querés.
2. Hacé otra lista de lo que no querés.
3. Revisá tu “nueva realidad” y marcá qué hay de cada una de las listas anteriores.
4. Ahora, el tiempo que le dedicabas a lo que no querés achicalo lo más posible para dedicárselo a las que sí, estimulando que desaparezcan las primeras y se expandan las segundas.
5. Ahora que ya tenés un plan, ¡estás lista para salir otra vez a la cancha!
Disfruta de acceso ilimitado a más de 100 notas sobre belleza, horóscopo, moda y tendencias!
Suscribirme