La idea surgió de su propia experiencia. Al no poder encontrar prendas adecuadas que se mezclaran con su tono de piel y brindaran soporte y contención, Kim Kardashian West comenzó a desarrollar esta colección que, aseguró, lleva 15 años en producción. “Kimono es la culminación de la experiencia personal de Kim con prendas modeladoras y está alimentada por su pasión por crear soluciones reales y de alta tecnología para todos los cuerpos”, explicó la marca desde su sitio web.

La polémica por el nombre
El nombre que Kim eligió para bautizar su etiqueta no fue muy celebrada por los japoneses, que bajo el hashtag #KimOhNo, mostraron su furia y la acusaron de apropiación cultural. Además de ser considerada una prenda tradicional de su milenaria cultura, la palabra kimono significa en japonés “algo que llevar o vestir” que podría entenderse como lo contrario a la ropa interior.