La gripe y el resfrío tienen mucho en común. Son enfermedades infecciosas desatadas por virus respiratorios. Se contagian por contacto o por vía aérea. Por lo general, en espacios cerrados como la oficina o el aula. Pero no son idénticas.

¿Por qué es importante diferenciarlas? Cuando la gripe es confundida con un resfrío se suele medicar erróneamente. Distinguir permite un tratamiento adecuado.

Además, la gripe es muy contagiosa y existen grupos de riesgo, incluidas las personas con otras enfermedades crónicas como los problemas cardíacos y la obesidades. En ellos, además, la gripe a veces
puede desencadenar otras patologías más graves, como la neumonía (habitual en los chiquitos de hasta 3 años y en los adultos mayores de 64).

En cambio, es muy raro que el resfrío genere otras complicaciones más que necesitar tener siempre a mano un puñado de pañuelos descartables.

Señas particulares
La gripe ataca de repente, y con todo. Puede provocar fiebre durante 2 días o más. Genera dolor de cuerpo y de cabeza, molestia en los ojos ante la luz y escalofríos. El decaimiento y la falta de hambre te llevan a la cama como única opción. ¿Mocos y dolor de garganta? Pocos. Pero la tos y el pecho cargado sí son comunes y hay que atenderlos para que no generen otras complicaciones. Es más común entre el otoño y la primavera.

El resfrío es más molesto que riesgoso. Aunque te aqueje, no suele dar fiebre ni dolor de cabeza. Desapercibido no pasa, porque los mocos, la congestión, los estornudos y las molestias en la garganta son los síntomas más comunes. Hasta puede hacerte doler el oído. ¿Tos? Muy leve y seca. Temporada: todo el año, porque también circula en verano.

¿Cuánto tiempo tardan en irse? Si estás enferma de gripe, pueden pasar 2 semanas hasta que te
cures, y el reposo es clave. Un resfrío te lo vas a sacar antes de encima, tal vez en sólo siete días.