Contouring para todos los días: liviano y con acabado súper natural
Aplicá primero la base.
Para resaltar tus pómulos, usando la brocha con ángulo, aplicá el tono más oscuro debajo del hueso con movimientos hacia arriba y abajo en diagonal.
Para que la frente parezca un poco más chica, aplicá el producto cerca de la línea de crecimiento del pelo y esfumá para que no se noten los bordes. Usando la misma brocha, bajá hacia las sienes. Esto afina la cara.
Definí la mandíbula y afiná el cuello aplicando el polvo más oscuro a lo largo de la línea del hueso y la pera. Esfumá bien para que no haya sombras demasiado duras.
Si tenés una paleta con un tono más claro o un iluminador, usá una brocha diferente para resaltar la parte más saliente de tus pómulos, así se destacan.
Contouring para salir: glamoroso, pero no tanto
Después de aplicar la base, elegí un producto en crema dos tonos más oscuros que tu piel y un corrector al menos un tono más claro, para iluminar.
Para crear dimensión, dibujá un triángulo invertido con el tono más claro por debajo de tu párpado inferior (hasta el centro de tu mejilla) y esfumá. Repetí del otro lado. Poné un poco de corrector en el centro de la nariz y llevalo hacia arriba, al centro de tu frente. Dibujá tres líneas hacia el crecimiento del pelo. Todavía no esfumes.
Para crear la ilusión de pómulos marcados, aplicá el tono más oscuro imaginando una línea diagonal desde la oreja hasta la mejilla. Terminá justo donde se encuentra la pupila del ojo. La línea debe ser más gruesa cerca de la oreja e ir afinándose hacia la boca.
Los productos en crema son mejores para maquillar la nariz. Con un pincel angulado pequeño, empezá en la esquina de las cejas y trazá una línea finita hacia la punta de la nariz. Repetí del otro lado.
El último paso es esfumar todo con una esponja de maquillaje húmeda. Empezá por los tonos más claros, con movimientos delicados, sin desparramar el producto. Si usás una paleta, aplicá el producto con un pincel chato.
Contouring para ocasiones especiales: el que se nota en las fotos
Empezá por la base.
Si querés que se te noten mucho los pómulos, hacé al revés: empezá definiéndolos con el tono oscuro y repetí los pasos para la nariz.
Usando una brocha, esfumá todo con movimientos suaves. Aplicá en las zonas más oscuras una capa de polvo bronceante. Con una brocha más liviana, esparcí este polvo hacia las mejillas para un brillo natural.
Con el corrector, resaltá el área debajo de tus ojos y continuá aplicando producto hacia en centro de la nariz y de la frente. Esfumá con una esponja húmeda.
Meté la esponja en el polvo traslúcido, quitá el exceso de producto y aplicá por debajo de los ojos, en el centro de la nariz, en la frente y en la pera, todos los lugares donde pusiste el iluminador. Esperá 10 minutos (el calor de tu piel va a fundir el corrector con el polvo). Usando una brocha de polvo, quitá el exceso.
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