Stretching: por qué estirar antes de entrenar es bueno


Por qué estirar antes de entrenar es bueno para tu entrenamiento y tu corazón


No solo el ejercicio aeróbico pone el corazón a funcionar. Existen formas más tranquilas de fortalecer nuestra salud cardiovascular y una de ellas es el stretching, es decir, la realización de estiramientos pasivos. A este tipo de estiramientos ya se les ha atribuido, gracias a las investigaciones científicas, una serie de beneficios, como el de que ayudan a adelgazar. Con tan solo 12 semanas de ejercicios de estiramiento pasivo se puede contribuir a la salud del sistema vascular y mejorar el riego sanguíneo.

¿Qué son los estiramientos pasivos y cómo se hacen?

Los estiramientos pasivos son aquellos en los que la fuerza que se ejerce sobre la zona trabajada es externa a ella. De hecho, para que estos estiramientos sean eficaces el músculo que queremos trabajar no tienen que hacer nada más que dejar que la magia de la gravedad y nuestro propio peso hagan efecto. Es el típico estiramiento que realizamos de forma instintiva cuando nos da un tirón en el gemelo: el músculo se ha contraído y lo estiramos sin forzarlo para solucionar el problema cogiendo el pie y llevándolo con la puntera apuntando al techo para estirar el gemelo afectado.

En este tipo de stretching, la fuerza externa necesaria para conseguir que ese movimiento de estiramiento “desbloquee” los músculos trabajados puede ser suministrada por un compañero o bien utilizando nuestro propio peso, por ejemplo, cuando tras una sesión de running colocamos el talón sobre una valla y llevamos el peso del cuerpo hacia la pierna para que los músculos se estiren.

En cuanto a los efectos en el organismo de estos estiramientos, además de que son capaces de prevenir lesiones y aumentar nuestro rendimiento, realizar estos ejercicios durante 20 minutos era bueno para el corazón.

¿Qué beneficios aportan los estiramientos activos?

Tras el entrenamiento de estiramiento pasivo cinco veces a la semana durante 12 semanas, la función vascular y la remodelación arterial puede mejorar, y la rigidez arterial disminuirse en todas las arterias. Esto significa que solo con realizar estiramientos de este tipo nuestras arterias son capaces de cambiar, volverse más flexibles y mejorar su capacidad de dilatarse, si el flujo sanguíneo así lo requiere, lo cual tiene implicaciones para enfermedades que implican cambios en el flujo sanguíneo, como por ejemplo los ictus y los infartos.

Las malas noticias es que si se deja de hacer este tipo de entrenamiento los buenos resultados desaparecerán seis semanas después de haber cesado el entrenamiento. Como en todo, la constancia es la clave.

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