Tienes la posibilidad de ejercitar tanto tu mente como tu cuerpo en el hogar, sin necesidad de pagarle a un instructor ni acomodar tu agenda. Es importante que establezcas una rutina y que la cumplas, y te impliques con tu decisión de practicar yoga en casa.
Paso 1: Establece tus metas
¿Por qué quieres practicar yoga? Quizás estés buscando una actividad física que te guste, has leído que sirve para mejorar la flexibilidad de los músculos, necesitas una rutina tranquila para eliminar el estrés, buscas algo que te ayude a sanar una enfermedad o una vía para la paz o realización plena. Una vez que hayas respondido a la pregunta inicial, trata de encontrar qué cosas deseas lograr con la práctica, es decir, cuáles son tus intenciones.
Paso 2: Consigue los materiales necesarios
La diferencia de hacer yoga en casa y en una academia es que, en el primer caso, tendrás que adquirir los elementos necesarios. Como mínimo precisarás una colchoneta. Puedes necesitar una manta para taparte al final de la clase, un cojín pequeño para apoyar la cabeza, un bloque y unos cinturones. En las tiendas de deportes venden todos estos materiales. También puedes usar tu imaginación y buscar elementos que puedan reemplazarlos.
Paso 3: Determina la hora de clase
Uno de los problemas más frecuentes en el momento de elegir ejercitar en casa es que siempre tenemos muchas otras cosas para hacer. Entonces, lo postergamos. No caigas en ese error. Si te anotas en la agenda que lunes, miércoles y viernes de 17 a 18 tienes clase de yoga, cúmplelo. Deja todo lo demás para después.
Paso 4: Acondiciona el lugar
Es preciso que practiques yoga en un sitio amplio y cómodo, como puede ser una habitación o una sala. Lo importante es que nadie te moleste, que no haya interrupciones y que puedas concentrarte. El móvil y el teléfono se apagan o se desconectan. Trata de practicar cuando no haya nadie en casa o cuando estén durmiendo.
Así no tendrás llamadas a cada rato. El espacio ha de ser suficiente no solo para que se coloque la colchoneta, sino también para estirar las piernas y los brazos hacia arriba y abajo y en los laterales. Si quieres, puedes añadir unos inciensos o velas, así como también una música zen o instrumental.
Paso 5: Decide la frecuencia
Si bien hay clases de yoga que duran una hora y media en una academia, tú puedes practicar media hora por sesión. ¿Cuántas veces a la semana estás dispuesto a hacerlo? No digas de lunes a domingo porque sabes que no lo cumplirás. Determina una meta fácil de lograr. Si luego es necesario, añade más días. Además, al principio es bueno empezar de a poco.
Paso 6: Aprende sobre el yoga
Si ya has ido alguna vez a una clase, puede que te acuerdes de algunas técnicas o posturas. También puedes buscar vídeos en Internet o ir a una clase en una academia. Si no te ofrecen una gratis, asiste como “observadora”. Si conoces a un instructor o tienes confianza con tu ex profesor, consulta sobre qué te aconseja para practicar yoga en casa. Recuerda que es una disciplina complicada y que no puedes hacerla sin conocimientos.
Paso 7: Practica mirando vídeos
Este sería un paso opcional. Existen vídeos, que se pueden comprar o descargar, que te ofrecen diversas rutinas para principiantes. Lo pones en la televisión o PC y sigues cada una de las instrucciones del profesor o profesora que aparece en pantalla. Hasta puede que te sientas menos solo por practicar en casa.
Paso 8: Estructura la práctica
Comienza con ejercicios de estiramiento, de respiración y una meditación leve. Así tranquilizarás tu mente y eliminarás los malos pensamientos. Luego es tiempo de la práctica en sí, ya sea de pie, sentado o acostado. Por último, no te olvides de la relajación final (seguro te quedarás dormido).
Paso 9: Intensifica la práctica
Después de varias semanas de hacer yoga en casa, ya no serás un principiante. Eso quiere decir que tendrás la capacidad para aumentar la duración de la práctica (puedes ir incrementando de a quince minutos) y también la intensidad de los ejercicios.
Trata de buscar posturas nuevas para trabajar sitios diferentes o aquellas técnicas que requieran de más movimientos, siempre teniendo en cuenta tus posibilidades y escuchando las señales del cuerpo. Si algo te duele mucho, no sigas.
Paso 10: Añade más días a la práctica
Si habías comenzado con dos veces a la semana, pasa a tres, luego a cuatro y hasta cinco o seis. Puedes dejar el domingo, por ejemplo, de descanso. Si realizas yoga y eso forma parte de tu rutina diaria, obtendrás muchos beneficios a nivel general.
Paso 11: Mantén una práctica constante
Continúa fijando metas nuevas, acordes a tus avances. El desafío no debe desaparecer nunca, así como tampoco el compromiso y las ganas de superarte a diario.
Paso 12: Predica con el ejemplo
Como se dice popularmente, trata de evangelizar con tu palabra las bondades del yoga. Cuando alguien elogie tu cuerpo o tu vitalidad, admite que se debe a esta práctica. No dudes en recomendar a tus seres queridos que también lo hagan. ¡Pueden organizar clases en conjunto!
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