Brazos, brazos. Esa parte del cuerpo que aunque lo intentes mucho muchísimo, nunca adelgaza sola. No es como la panza, que tiene sus temporadas, o las caderas, que depende del día, se levantan de una medida u otra. Los brazos van por libre, es más, es la parte más difícil de tonificar del cuerpo.
Ni flexiones ni ‘push ups’ ni levantamientos en barra, tonificar los brazos al nivel es un trabajo a tiempo completo. Pero, para que este viaje de despedida a lo blando y los brazos de murciélago sea más corto, hemos seleccionado algunos ejercicios muy sencillos que puedes hacer en casa y con lo que si eres constante, notarás la diferencia a la largo plazo. Porque, lo sentimos, en cuestión de brazos no hay magia que valga. Solo repeticiones, repeticiones y repeticiones.
Las botellas de agua, tus grandes aliadas
Partimos de la base de que no tienes equipación en casa para hacer brazos. Ni pesas, ni cintas, pero que no cunda el pánico. Botellas de agua al poder, truquito que aprendimos en la cuarentena. Para hacer el primer ejercicio, agarre dos botellas de agua de un litro y medio en cada mano. Con las palmas hacia arriba, forma un ángulo de noventa grados con tus brazos y sube y baja de forma continua 15 veces. Lo mejor es que hagas al menos, 5 rondas.
Después, y con las botellas de agua aún en las manos, pega los codos a tu cuerpo y como antes, vuelve a levantar las botellas de agua de forma pausada pero con ritmo. Hazlo 15 veces, y repite el ejercicio 3 veces. Puedes tomarte unos minutos para descansar.
Una vez hayas calentado, extiende los brazos con las palmas hacia arriba y comienza a hacer pequeños círculos. Acúerdate de contrar el abdomen para sostener tu core y cuando hayas completado dos minutos haciendo el ejercicio, para y haz los círculos en el sentido contrario, hacia atrás. También durante dos minutos.
Ahora, es el momento de ejercitar los tríceps. Con una botella de agua, levanta los brazos por encima de la cabeza y sostenla con las dos manos, colocándola entre los hombros con las repeticiones, luego sube y vuelve a bajar. Realiza el ejercicio durante dos minutos. Puedes repetir la serie dos veces.
Y por último (pero no por ello menos importante) llega el ejercicio que cierra nuestra rutina de brazos. Con él, ejercitaremos también el abdomen, es muy sencillo: junta las palmas a la altura de la frente e intenta juntar los codos y que queden alineados con tu barbilla. En una posición sentada recta, aprieta el abdomen y levanta los codos hasta la frente. Eso sí, sin separarlos.
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