A pesar de todos los avances y nuevos descubrimientos que hay en el campo de la belleza, se ha puesto de moda volver hacia atrás para recuperar ingredientes y técnicas del pasado. Un ejemplo de ello es el masaje kobido. Un masaje facial japonés que proviene de los tocadores y salones de belleza de las antiguas emperatrices para relajarse y que además tenía propiedades antiedad. Es decir, provoca una especie de lifting del rostro de forma natural. Pero, ¿qué es lo que lo hace tan especial? ¿Cuáles son los beneficios del masaje Kobido? ¿Qué es el masaje facial kobido en realidad y en general?
Como se ha avanzado en un principio, el masaje facial kobido es una terapia japonesa para el cuidado de la piel. También es conocido como el lifting natural porque posee grandes poderes antiedad solo con estirar la piel y tratar los músculos del rostro. De tal forma que se termina con los signos de la edad, se suavizan las arrugas e incluso pueden tratarse algunos problemas de la piel como la grasa o la sequedad así también como la tendencia a manchas o falta de luminosidad con él.
Pero no solo esto. Al tratarse de un masaje en sí mismo esta terapia, sirve también para relajarse y reducir el estrés del día a día, la ansiedad así como también dolores de cabeza y otras consecuencias tensionales.
Este masaje facial ofrece una gran cantidad de beneficios tanto a nivel interno como a externo. Los primeros de ellos y, principalmente, para los que se emplea este tipo de masaje es para reducir los signos de la edad, y es que tiene un efecto lifting instantáneo. Es decir, los resultados se notan según se va realizando el masaje. Por eso, el primero de los beneficios es que no necesitaremos pasar por quirófano para conseguir el efecto de un lifting. Además, gracias a eso, los resultados serán mucho más naturales.
¿El antes y el después del masaje kobido? El rostro queda mucho más liso, terso e iluminado y la piel con apariencia más elástica. Además, limpia y drena la piel, ayudando a liberar las toxinas y a descongestionar zonas como la de las ojeras evitando las bolsas. También ayuda a reducir las manchas de la piel y a unificar el tono.
También combate algunos problemas en la piel, como puede ser la psoriasis, la piel grasa o seca, aunque, por supuesto, estos problemas necesitarán un tratamiento dermatológico para mantener la piel sana.
Por su parte, entre los demás beneficios que aporta el masaje kobido está la relajación y liberación de tensiones, siendo una forma de combatir el estrés. Ayuda a combatir los dolores de cabeza y las migrañas, reduce el bruxismo y sus efectos y, además, mejora la vista y reduce el dolor de los ojos porque se estimula la zona más cercana a los ojos.
El masaje kobido dura aproximadamente unos 50 minutos o una hora. Este masaje facial se basa en la alternancia de movimientos rápidos y lentos pero eficaces por lo que las mejoras deben concentrarse en un muy corto periodo de tiempo. Se divide en tres fases:
1. Limpiar y drenar: Lo primero será preparar la piel para el masaje en sí mismo. Se empieza con una limpieza superficial de la piel y se prepara con un masaje shiatsu para, a continuación, drenar la piel del líquido acumulado y hacer que las toxinas salgan al exterior.
2. Estirar e iluminar: Después, llega el momento de aplicar los productos, que serán aceites naturales para poder dar el masaje, elevando la piel del rostro, pero también aportan luminosidad y ayudan a recuperar la hidratación.
3. Lifting japonés: Esta es la parte central del masaje y donde se realizan los movimientos más rápidos y enérgicos para estirar bien la piel, pero se hace con profunda delicadeza. En este paso se oxigena la piel y se suavizan las arrugas y líneas de expresión.
4. Combatir el estrés: El último paso se reserva a la relajación tanto física como mental plena. Se presiona sobre tres puntos claves de acupuntura, haciendo que se liberen las tensiones.
A pesar de ser un masaje tradicional y milenario, esta técnica no está recomendada para todas las edades ni para todas las pieles. Puede realizarse a partir de los 30 años. En este momento servirá, básicamente, de prevención de los signos de la edad. Por eso, cuando está realmente recomendada es a partir de los 40 años, que es cuando se definirá el contorno del rostro y podrán suavizarse las arrugas que ya han empezado a aparecer.
Por su parte, no debe realizarse si se tiene alguna alergia o erupción en la piel para evitar empeorarla. Simplemente, deberemos esperar a que se pase. En el caso de piel excesivamente grasa o con acné severo, el masaje se realizará de forma mucho más suave para no agravar el problema o crear dolor, por lo que se necesitarán más sesiones.
Al principio, se recomienda realizar el masaje una vez por semana durante los primeros dos meses, después, podemos ampliar el lapso de tiempo a cada dos semanas.
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