Muchas veces les echamos la culpa al estrés y la ansiedad, pero hay otras causas que no deberíamos dejar pasar por alto.
DORMIR POCO
Puede ser la causa más común. Tips básicos a tener en cuenta: no tomar bebidas estimulantes –como café–, no fumar, emplear técnicas de relajación, irse a la cama y despertar a la misma hora todos los días (educación del ritmo sueño-vigilia). Realizar ejercicios con regularidad, pero no demasiado tarde. Logrará mejorar el cuerpo y la mente. Evitar las bebidas alcohólicas antes de ir a la cama y las comidas pesadas por la noche. Además, nunca se debe dormir la siesta después de las 3 de la tarde; relajarse antes de acostarse, por ejemplo, con una ducha, leyendo o escuchando música suave. Sacar o tapar las luces brillantes que haya en el dormitorio, como el televisor o computadora y no mirar el celular hasta último momento. El cuarto debe ser solo para dormir.
SOS SEDENTARIA
La actividad física libera endorfinas (sustancias de placer, endógenas), que disminuyen el cansancio y promueven un aumento de la energía y del placer. El no uso de los músculos, en tanto, genera atrofia y pérdida de funciones. Por lo tanto, la ausencia de ejercicios y entrenamiento provocan diversos problemas de salud que afectan física y psicológicamente a la persona. Esto se manifiesta con dolores musculares y articulares y aumento significativo del cansancio.
ANEMIA
Es una causa frecuente de cansancio en las mujeres en edad fértil. Las alteraciones patológicas de la menstruación provocan mayores pérdidas sanguíneas, que pueden o no estar acompañadas por una mala nutrición. El hierro se une a la hemoglobina sanguínea para transportar el oxígeno que utilizarán las células para vivir y cumplir sus funciones. La anemia por déficit de hierro se diagnostica con un simple análisis de laboratorio. Si se confirma deficiencia, el médico aconsejará el mejor tratamiento que generalmente es con una medicación diaria. También se puede sugerir una dieta.
FALTA VITAMINA B12
Es una sustancia soluble en agua que cumple funciones esenciales en la formación de los glóbulos rojos, el metabolismo de las células, la función del sistema nervioso y la producción de ADN. Los que siguen una dieta vegana pueden tener un déficit porque esta vitamina se encuentra en las carnes blancas, rojas, el pescado y los productos lácteos. Las que tienen hipovitaminosis deberán recibir suplementos recetados por profesionales de la salud. Existen varios preparados comerciales en polvo, que se pueden reconstituir, para ingerir como bebidas. El médico va a solicitar los estudios para determinar qué es lo que está provocando el síntoma y cuál será el mejor tratamiento.
APNEA DEL SUEÑO
Se descubre por referencia de la persona que comparte la habitación y es testigo si ronca o tiene pausas en la respiración. Se confirma con una prueba denominada polisomnografía, que mide el oxígeno en sangre, la función cerebral y la respiración de la actividad cardíaca durante el sueño. Para realizarla, se requiere dormir con un aparato con varios electrodos distribuidos en varias partes del cuerpo y un oxímetro de pulso en un dedo de la mano.El ronquido es sólo uno de los síntomas de las apneas del sueño, pero no define si se trata o no de un cuadro de estas características. Las personas que la padecen carecen de un sueño reparador profundo.
INTOLERANCIA AL GLUTEN
La celiaquía es el rechazo permanente a proteínas derivadas de trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. Pueden sufrirla tanto chicos como adultos. En la Argentina, una de cada 100 personas la padece. Hay más de 400 mil diagnosticados y cada vez se detecta en más personas. Quienes tienen familiares con esta deficiencia sus chances de sufrirlas son mayores. El trastorno es más común en las personas con antepasados europeos. Se presenta más en mujeres que en hombres.
HIPOTIROIDISMO
Es la función disminuida del eje hipotálamo-hipofiso-glandular. El más común es cuando falla la glándula tiroidea y disminuye la producción de hormona tiroidea. Los síntomas que llevan a la consulta son cansancio, disminución de la atención, caída del pelo, aumento de peso, piel seca, somnolencia, intolerancias al frío y constipación. Puede tratarse de alguna enfermedad autoinmune, cuando el cuerpo reacciona contra las células tiroideas. El diagnóstico se realiza a través de un análisis de laboratorio con la medición de las hormonas TSH (estimulante de la tiroides) y T4 (tiroxina) libre. En la actualidad, se cuenta con la detección de anticuerpos antitiroideos, que permiten llegar al diagnóstico con más certeza. El tratamiento para balancear su falta es muy sencillo: se administra la misma hormona por vía oral y se reemplaza su función. Solo hay que encontrar la dosis adecuada para cada paciente y monitorear los niveles hormonales cada 6 meses.
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