Superficie impecable
Todo trabajo requiere un buen comienzo y en el caso de la piel, es imprescindible que, antes de recibir cualquier tratamiento o maquillaje, esté bien limpia. Asimismo, también es necesario que sigamos una estricta rutina de limpieza al acabar el día, que nos ayude a eliminar de nuestra piel toda la grasa e impurezas acumuladas a lo largo de la jornada.
Tanto la polución ambiental como los restos de maquillaje se van acumulando en nuestros poros haciendo que finalmente se obstruyan, dando lugar a las espinillas y a otros problemas cutáneos, dando como resultado es una piel sin vida y apagada. Por ello es muy importante realizarse una limpieza dos veces al día, con productos que desintoxiquen, tonifiquen y que contengan vitaminas e ingredientes respetuosos con el grado de humedad.
Hacete una limpieza paso a paso: Una vez aplicada la limpiadora elegida, se recomienda realizar un masaje lento y profundo con movimientos circulares, presionando ligeramente con la yema de los dedos e insistiendo en la zona T, es decir frente, nariz y mentón.
¡Agua bendita!
El agua, en el interior de nuestro cuerpo, actúa como un enorme cepillo de barrer: se lleva todas las impurezas que no sirven y las arrastra hacia el exterior a través de la orina. Es decir, cuanta más cantidad bebamos, más ayudamos a nuestro cuerpo a eliminar toxinas y por consiguiente, nuestra piel estará más resplandeciente.
Beber dos litros de agua al día es lo ideal. No olvides llevar una botellita en el bolso si estás fuera de casa, puesto que este sencillo gesto se reflejará muy pronto por dentro y por fuera de tu cuerpo, y comprobarás que es una rutina demasiado fácil para dejarla escapar.
Somos lo que comemos
Aunque el secreto de una belleza duradera es una dieta equilibrada, hay ciertos alimentos que deben convertirse en tus mejores amigos a la hora de cocinar. Si queres tener un rostro diez, no te olvides de estos aliados: el pepino, los betacarotenos y la vitamina C.
Las zanahorias, el tomate, el pimiento y otros alimentos de colores vivos, son precursores de vitamina A, esenciales para nuestro organismo. Son precisamente sus pigmentos los que nos ayudan a evitar las manchas en la piel, el fotoenvejecimiento y los responsables de un brillo muy saludable.
Por otro lado, la vitamina C es una de las mejores soluciones que existen para mantener la piel sana y luminosa. Además de luchar contra los radicales libres, interviene en la síntesis del colágeno, que proporciona elasticidad. Por tanto, reduce las manchas y aporta luminosidad.
Por último, el pepino, mejor servido sobre tu piel. Si probamos con unas rodajas sobre los ojos y repartidas por la cara, obtendremos un cutis más hidratado y lleno de vitalidad.
Peeling de luminosidad
Hay casos en los que un peeling es fundamental para mejorar el aspecto y la textura de la piel. Se trata de una vía rápida para que los resultados sean visibles de forma inmediata. No deja de ser un tipo de exfoliación, pero más profesional y de mayor profundidad, por lo que es perfecto para hacérselo de manera ocasional.
Este tipo de peeling se realiza con vitamina C, que es perfecta para devolver la luminosidad al rostro. Actúa en profundidad eliminando, no sólo las células muertas superficiales, sino también las cicatrices y líneas de expresión.-La piel queda resplandeciente, pierde su aspecto graso y rejuvenece su aspecto. En conclusión, este tipo de tratamiento, llevado a cabo cuatro veces al año, logra que el cutis recupere su luminosidad natural y su tono uniforme.
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