Agregá un exfoliante a tu cuidado de la piel.
Ah, piel apagada. A veces es difícil identificar por qué la piel luce apagada, pero cuando es el caso, es bastante obvio. No se la ve bien ni radiante y está un poco deslucida. A veces puede ser por la acumulación de células muertas de la piel, por deshidratación y por la suciedad del día.
Agregar un exfoliante suave a la rutina de cuidado de tu piel una vez a la semana es una forma simple de eliminar las células muertas para lograr resultados más luminosos, incluso con una mejor textura de la piel que está debajo. Un paño tibio humedecido para el rostro es una excelente forma de pulir suavemente mientras te limpias.
Hidrata tu piel
A una piel apagada y pálida es probable que le falte un poco de humedad. Una vez que exfoliaste y limpiaste, esparcí una capa de un buen hidratante que mejor vaya con tu piel, que hidrate, también.
Organiza tu ejercicio
Lo sabemos: tener una buena rutina de ejercicios puede ser todo un sacrificio. Estás cansada, es tarde, o muy temprano, pero hacer ejercicio puede ayudar a mejorar la circulación de la piel, aportando así luminosidad. Solo acordate limpiar la piel después del ejercicio para mantenerla luminosa, limpia y fresca.
Vitamina C
Esta vitamina es muy conocida por aportar luminosidad y fortalecimiento a la piel cuando se la usa para tratamientos. Es también un antioxidante y puede ayudar a proteger la piel de algunos agresores ambientales.
Todo depende de la rutina de cuidado de la piel
Una piel que se ve saludable está radiante y luminosa. Además de tus genes, y de tomar mucha agua, una piel saludable se logra con una rutina equilibrada y constante de cuidado de la piel. Y, si podes lograr una limpieza adecuada y seguir con un humectante que adora la piel, estás en buen camino para lograr una piel luminosa y radiante.
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