La protagonista eres tú, ¡no tu recogido!
Y es que por mucho que queramos hacer un recogido bonito si no nos sentimos guapas con él no hay nada que hacer. Elegir el peinado porque esté de moda no es sinónimo de que vaya a ajustarse a lo que tus facciones necesitan y mucho peor, que no se adapte a tu estilo personal.
No pongas excesos de complementos en el peinado
Menos es más, ya lo sabes. Y todavía más en los looks de novia. Un peinado sencillo requiere un tocado más importante pero llevar velo, peinado con volumen y maquillaje excesivo es demasiado. Opta por la opción con la que te sientas más cómoda.
Prescindir de pruebas de maquillaje y peluquería
Aunque tengas que invertir un poquito más de tu presupuesto en estas pruebas te aseguramos que no te arrepentirás porque el Día D tendrás todo bajo control.
No hacer la prueba del total look
Para no quedarnos cortos o pasarnos de maquillaje, vestido y peinado lo mejor que puedes hacer es una prueba final en la que comprobar si todo está en armonía y poder corregir los detalles que no gusten a tiempo. ¡Es fundamental!
No caigas en la tentación de cambiar el look antes de la boda
Puede pasar que el Día D te levantes torcida, no te guste nada cómo te queda el peinado porque has decidido que no te ves bien y tengas tentación de cambiar el look. ¡No caigas en ese error! Piensa que es un look estudiado y preparado desde hace tiempo y que no debes dejar nada a la improvisación a no ser que sea estrictamente necesario así que cálmate. Los nervios estarán a flor de piel y pueden jugarnos una mala pasada. Nada de cortarnos el pelo, cambiar el color. Lo mejor es que aguantes hasta después de la boda y después hagas lo que más te apetezca.
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