Patas de gallo, bolsas, ojeras… La delicada piel que rodea nuestra mirada es muy sensible y acusa de forma clara los signos de la edad. Es por ello que hay que cuidarla con productos específicos para esta zona. Te explicamos para qué sirve el contorno de ojos exactamente y cómo puede ayudarte a mantener esta zona joven.

Esta parte de nuestra dermis tiene un grosor mucho menor que el resto del rostro. Es por ello que los signos de la edad y del cansancio se aprecian mucho antes en ella. Además, posee menos fibras de elastina y colágeno, así como menos glándulas sebáceas.

Y a todo ello hay que añadirle una enorme movilidad. Con nada menos que 22 músculos, nuestra mirada no para quieta mientras sonreímos, pestañeamos, bostezamos o gesticulamos de cualquier manera. Con esta frenética actividad es muy normal que con apenas 25 años ya empecemos a notar unas pequeñas arruguitas que se forman en torno a los ojos. Para evitar que se hagan demasiado evidentes, no hay edad temprana para empezar a cuidar esta zona.

¿Qué es el contorno de ojos y para qué sirve?

Un producto de calidad (que puede ser en crema o en sérum, que tiene numerosos beneficios) debe aportar muy buena hidratación y flexibilidad a la zona. Esto se debe a que esta piel suele tender a resecarse y agrietarse. En definitiva, ahora ya sabes qué es el contorno de ojos y que este producto requiere de un alto poder reafirmante y antiarrugas.

Por otra parte, es imprescindible que lleve a cabo una defensa de la piel frente a los radicales libres, actuando así como antioxidante. Además, si cuenta con poder calmante y antiinflamatorio también evitará la aparición de bolsas.

Aunque en principio un buen cosmético de este tipo debe tener todas estas características, recuerda que aplicarlo correctamente es fundamental para potenciar su efecto. Utilizándolo a rápidos y suaves toquecitos obtendrás un resultado óptimo, mientras que si lo restriegas con brusquedad sobre la piel solo estarás consiguiendo que las arrugas se acentúen.