¿Qué es el aceite de argán?
Originario de Marruecos, el aceite de argán se produce a partir del fruto del árbol de argán. Este último da una fruta, una especie de almendra grande, que se seca al sol. Luego, se extrae lo que contienen las semillas de la fruta: el grano. Con ellos se hará una pasta que luego se transformará en aceite. Se necesita mucha fruta para producir aceite de argán: 100 kilogramos de fruta fresca por solo 1 litro de producto. Es por eso que este aceite vegetal se considera un aceite muy preciado.
Las propiedades del aceite de argán.
Producto 100% natural, rico en ácidos grasos esenciales, vitamina E, antioxidantes e insaponificables, el aceite de argán tiene muchos beneficios. Estas virtudes nutritivas lo convierten en un muy buen aliado de belleza para la piel seca y el cabello quebradizo, por ejemplo.
También tiene propiedades reestructurantes, curativas, calmantes o regeneradoras. Tantos beneficios que hacen que el aceite de argán sea un producto cada vez más popular, especialmente en el campo de la cosmética, que no duda en incluirlo en muchos tratamientos de belleza para la piel o el cabello.
¿Cómo usar el aceite de argán?
Para una piel suave
El aceite de argán revitaliza la piel. Por lo tanto, es un excelente tratamiento de belleza para la elasticidad de la piel, pero también para la renovación celular. En el masaje facial, deja una piel sedosa, hidratada y una sensación de bienestar, al tiempo que protege la piel de las agresiones externas. También podes agregar unas gotas de aceite de argán cuando te bañas para conseguir una piel suave.
Para una hidratación efectiva
Para pieles secas o muy secas, cuídala con el aceite de argán que hidratará tu piel al proporcionar los nutrientes necesarios y aliviará la irritación. Podes aplicarlo en las áreas más secas del cuerpo, como codos, rodillas, etc.
Para alisar la piel
Sus propiedades antienvejecimiento lo convierten en un tratamiento de belleza ideal para prevenir el envejecimiento de la piel. Este aceite vegetal también es curativo, lo que lo convierte en un buen aliado para combatir los rastros de acné o varicela, pero también las estrías y otras pequeñas cicatrices en el cuerpo. Además, incluso si es aceitoso, el aceite de argán no obstruye los poros de la cara.
Para grietas
En invierno, el aceite de argán aliviará las irritaciones de la piel, como el eccema y la piel agrietada, así como algunas quemaduras.
Para el dolor articular
El aceite de argán también es útil para aliviar el dolor en las articulaciones, como osteoartritis, reumatismo. Úsalo para masajer las zonas dolorosas y aliviarlas.
Para el sistema cardiovascular
En el masaje, la aplicación de aceite mejorará su circulación cardiovascular. Aplica el aceite justo antes de acostarte y deja que el argán actúe toda la noche.
Para cabello brillante y flexible
Ideal para cabello seco, áspero o sin brillo, permite conseguir un cabello sedoso y brillante. ¿Cómo usarlo? Aplica aceite de argán en las puntas de tu cabello y espera 30 minutos antes de lavar y enjuagar.
Para el cabello que necesita mucha hidratación, podes optar por el baño de aceite: un tratamiento de belleza que consiste en aplicar generosamente aceite en el cabello, mechón por mechón, desde la raíz hasta las puntas, o solo en las puntas si tienes cabello graso. Luego envolve tu cabello con una toalla tibia, dejalo reposar durante 1 hora y luego enjuaga con un shampoo suave, aunque dos lavadas pueden ser necesarias para eliminar la grasa.
Gracias a estos tratamientos, tu cabello recuperará su luminosidad y tu cuero cabelludo también se revitalizará.
Para reparar el daño del verano.
En verano, el argán se puede usar como aceite para peinar y para rehidratar el cabello seco después de la exposición al sol o después de la playa.
Para fortalecer las uñas.
Si tienes uñas débiles o quebradizas, la aplicación de aceite de argán como cuidado de las uñas las fortalecerá y nutrirá. Tus uñas estarán mejor protegidas de las agresiones externas. Para un cuidado casero para fortalecer tus uñas podés mezclar 1 cucharada de aceite de argán con 1 cucharadita de jugo de limón o aceite esencial de limón. Sumergí tus uñas en esta mezcla durante 15 minutos y lavate las manos adecuadamente para eliminar el aceite. Si haces esto una vez por semana vas a conseguir dar un cambo radical a tus uñas.
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