Sus emociones son muy intensas y estables. Tauro no cambia de afectos y simpatías así nomás.
Tienden a establecer vínculos donde la “pérdida” (lo equivalente al “cambio”) resulta insoportable y es vivida casi como una “mutilación”. No es vivido como que “el otro se fue…” sino como “el otro se llevó una parte de mí mismo…”. Así, regenerar la parte de sí mismo que se llevó el otro va a llevarle mucho tiempo. Tauro detesta la pérdida, tanto de la billetera como del amor, y se recompone muy lentamente.

Tauro también acumula resentimiento. No es signo que exprese fácilmente, ya que le cuesta expresarse, sacar afuera. Mete hacia adentro sus emociones. Emocionalmente acumula. Es muy bueno pero no olvida. Esto no quiere decir que se vaya a vengar, sino que si uno le falló una vez, Tauro no lo va a olvidar nunca. Si recibe una herida de alguien, no lo olvida y, a partir de allí se maneja considerando al otro como “peligroso”. Para Tauro es imposible “empezar de vuelta” porque las marcas han quedado.

Relaciones a largo plazo…
Tauro cuando ama, ama. Es de sostener relaciones a largo plazo. Es sincero, honesto y muy estable emocionalmente. Es un signo naturalmente fiel y para ser infiel tiene que estar muy mal con su pareja y/o haberse enamorado de otra persona. Pero Tauro disfruta de la fidelidad y de las relaciones francas, previsibles y sin “demasiados rollos”. Es un signo inclinado a vivir en pareja, más que en soledad.