A tres semanas del partido más esperado a nivel clubes en el Viejo Continente, todavía hay incertidumbre sobre dónde se disputará la gran final de la UEFA Champions League entre Chelsea y Manchester City.
Ante la alta cantiadad de casos de coronavirus en Turquía, los clubes británicos pidieron mudar la definición de Estambul a Wembley. Y como Boris Johnson, primer ministro británico, bajó el pulgar, comenzaron a buscar otras alternativas y ya hay una ciudad candidata: Lisboa.
La capital portuguesa que fue elegida en 2020 para realizar la burbuja desde los cuartos de final en adelante, pica en punta para ser nuevamente anfitrión del último cotejo que definirá al campeón.
La única diferencia es que en la anterior edición fue en el Estadio Da Luz y ahora sería en el “Do Dragao”. ¿Desbancará a los turcos, o el “Ataturk” se impondrá finalmente?
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