Y un día, Boca volvió a sonreír

Y un día, Boca volvió a sonreír

El Xeneize derrotó 3-0 a Independiente Rivadavia en Mendoza y volvió a la victoria tras 120 días.

Boca Juniors volvió a sonreír después de mucho tiempo. En un estadio Malvinas Argentinas colmado y con un marco de fiesta entre ambas hinchadas, el equipo de Miguel Ángel Russo se impuso con autoridad por 3 a 0 frente a Independiente Rivadavia, en un encuentro correspondiente a la quinta fecha del Torneo Clausura. Con goles de Zeballos, Velazco y Centurón en contra. El Xeneize se reencontró con el triunfo tras 12 partidos sin ganar y desató un auténtico desahogo.

La noche mendocina fue testigo de un partido vibrante y cargado de emociones. Por un lado, la presión de Boca por cortar una racha negativa que generaba cuestionamientos internos y externos. Por el otro, una Lepra que buscaba hacerse fuerte en el estadio y superar la derrota frente a Estudiantes. No pudo ser acumuló su segunda derrota consecutiva. Pero fue el conjunto Xeneize quien supo jugar con esa presión a cuestas y encontró en Mendoza el punto de partida para su ansiada recuperación.

El comienzo mostró a Independiente con ambición e intensidad, presionando alto y complicando a Boca en la salida. Sin embargo, la jerarquía individual del Xeneize terminó marcando la diferencia. A los 29minutos del primer tiempo, Leandro Paredes remató al arco y tras una serie de carambolas, y terminó en contra y el 1 a 0 para los de Russo que rompieron el cero y desataron la euforia de los hinchas de Boca.

El tanto obligó al equipo local a adelantar líneas en la Lepra, y en ese intento por ir en busca del empate, dejó espacios que con el correr de los minutos Boca no perdonaría.

Sobre los 40 minutos de juego un desborde por izquierda del Changuito Zeballos, quedó mano a mano con Centurión puso el 2 a 0. Y el delirio en la tribuna norte.

No quedaba mucho tiempo, la Lepra había intentado todo pero nunca logró vulnerar la defensa bien parada ni a Agustín Marchesín, que respondió con seguridad en las pocas intervenciones que tuvo. A la Lepra le faltó profundidad en los últimos metros y claridad para resolver.

El tanto obligó al equipo local a adelantar líneas en la Lepra, y en ese intento por ir en busca del empate, dejó espacios que con el correr de los minutos Boca no perdonaría.

No quedaba mucho tiempo, la Lepra había intentado todo pero nunca logró vulnerar la defensa bien parada ni a Agustín Marchesín, que respondió con seguridad en las pocas intervenciones que tuvo. A la Lepra le faltó profundidad en los últimos metros y claridad para resolver.

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