Es el máximo exponente del fútbol mundial en la actualidad. Lionel Messi es sinónimo de fútbol y la representación argentina en cada rincón del Universo por su talento inobjetable dentro de la cancha. Goles, asistencias y amagues, que también los tiene fuera de la cancha.
Sí. El rosarino demostró una vez más que es un experto en regates cuando no está en el campo de juego. Sus declaraciones tienen un fuerte impacto y él lo sabe. Lo ha usado a su favor cuando las papas quemaban en la Selección: desde el silencio sepulcral post 3-0 ante Colombia en San Juan a su posterior renuncia a la Albiceleste.
No cualquiera le dice adiós al seleccionado y luego tiene la posibilidad de volver. Sólo los gigantes como Maradona y él pueden tomarse esas licencias.
Las idas y vueltas se llevaron al Patón y terminaron con el arribo de Jorge Sampaoli. La Pulga y el plantel volvieron a hablar tras la agónica clasificación a Rusia 2018, pero el amor duró poco y nuevamente su poder terminó con un papelón en el último Mundial y con cambios a “gusto y piacere” del 10. ¿El final? Eliminación en octavos ante Francia.
Pero los culebrones no sólo fueron en Argentina. En España también sufrieron la personalidad del santafesino y de aquellos adjetivos como “descuido” y “destrato” para calificar cómo trataban en Sudamérica a Lio, finalmente se subieron al carro para liquidarlo.
Messi pidió por Neymar, no se lo trajeron y lo dejó en claro en público. ¿El desenlace? Primero afuera Valverde, luego Setién y por si fuera poco, tras el cortocircuito con Abidal, afuera el francés.
Los papelones del Barcelona en Champions agotaron la paciencia del argentino, que pide a gritos un equipo a su medida. Sin embargo, la dirigencia optó por otros rumbos a la hora de reforzarse y Messi no ocultó su bronca: burofax, la relación rota con Bartomeu, en pie de guerra con la carta de su padre a La Liga y un fuerte amague de renuncia tras toda una carrera en el Culé.
El hecho de ser Messi y de haber hecho aún más gigante al Barcelona, le da la misma licencia para moverse, tomar decisiones y retrotraerlas como si nada hubiera pasado. ¿Todo pasa, como decía Don Julio?
El astro argentino dio marcha atrás y seguirá en Barcelona tras haber manifestado que quiere irse. ¿Podrá imponerle sus ideas a Ronald Koeman? ¿Hará que Suárez se quede aunque el DT no lo quiera? El poder del 10, otra vez más se hizo presente.
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