Tras la disolución del Consejo, Riquelme baraja alternativas para rearmar la estructura del manejo del fútbol y el histórico DT es el que tiene más asidero. Sin embargo, no pretende cambiar de rol y eso le baja el tono al deseo del presidente.

Ya se había despedido Mauricio Serna y ahora lo hizo -con declaraciones picantes- Raúl Cascini. Se terminó una era en Boca, la era del Consejo de Fútbol, y comienza otra que por ahora tiene más dudas que certezas. Juan Román Riquelme pretende incorporar un mánager y tiene candidatos puntuales en el radar, pero aquel con mayor asidero, Néstor Pékerman, empieza a perder fuerza por una traba que complica su contratación.

Por un deseo personal de seguir desempeñándose como entrenador y no virar su carrera hacia el lado de la conducción de una secretaría técnica, justamente el puesto que el presidente pretende darle dentro de la estructura de gestión futbolística del club. 

En Boca -por ahora- niegan ese supuesto llamado a Pékerman que fue noticia en las últimas horas, aunque claro que no descartan que pueda darse en el corto plazo a razón de que es el nombre que cumple con la mayoría de los requisitos para la función.

Sin embargo, ya saben que difícilmente el vanagloriado formador de juveniles de la Selección Argentina y DT del Mundial 2006 acepte ese ofrecimiento. El motivo es claro: su intención de seguir siendo entrenador, más allá de que no dirige desde su paso por Venezuela en 2023.

¿Es imposible? No, hay que dejar una rendija abierta porque un llamado de Riquelme -con quien guarda una gran relación de larga data- podría conmoverlo y más en la situación crítica actual de Boca. En síntesis, la chance es remota.

De todas formas, las voces internas revelan que “no hay apuro” y el proceso de rearmado post Consejo de Fútbol no será de la noche a la mañana, al margen de las urgencias deportivas y las exigencias de los hinchas cuya paciencia ya se agotó.

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