Boca sigue encadenando frustraciones. Este miércoles, en Santiago del Estero, perdió con Atlético Tucumán por 2-1 y quedó eliminado en los 16avos de final de la Copa Argentina. Así, el conjunto de la Ribera acumula diez partidos sin ganar por cualquier competencia, incluyendo los seis juegos desde que asumió como entrenador Miguel Russo.
El conjunto xeneize creó buenas chances sobre el final del primer tiempo y pudo haberse puesto en ventaja, pero falló y lo pagó caro. En la segunda etapa, el Decano fue eficaz, marcó en dos de sus tres tiros al arco y se quedó con una victoria que le permite avanzar a octavos de final, donde se cruzará con Newell’s. Además, agudizó una temporada de frustraciones en secuencia de Boca.
Tras la eliminación en la etapa previa de la Copa Libertadores, la caída ante River y el despido de Fernando Gago, el conjunto auriazul no logró levantar cabeza. Perdió el liderazgo en su grupo en el Torneo Apertura, quedó afuera en los cuartos de final y no pudo ganarle en el Mundial de Clubes siquiera a un equipo amateur neozelandés, ya con Russo tomando el timón.
De regreso a Buenos Aires, empató en las dos primeras fechas del Torneo Clausura, en medio de la resonante presentación de Leandro Paredes, de regreso al club en el que se formó. En una Bombonera que clamaba por otra actitud, cerca del final se salvó de la derrota con Unión en viernes pasado. Pero en el viaje a Santiago, a todo o nada, volvió a faltarse juego y puntería. Y esta vez le costó la eliminación. No le alcanza con la jerarquía del campeón del mundo y apenas un puñado de compañeros que están en sintonía.
El Boca que tiene la firma de Russo y el diseño del presidente Juan Román Riquelme no encuentra el camino, cede prestigio. Y los rivales le han perdido el respeto.
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