El entrenador Marcelo Gallardo escribió una nueva historia en sus noches de Copa Libertadores al mando de River. La victoria por 1-0 ante Talleres en el Mario Alberto Kempes, por la ida de los octavos de final, le dejó buenas sensaciones a pesar de las falencias que detectó al cabo de su primera semana de trabajo. La diferencia entre lo que quiere y lo que tiene es amplia, según su análisis.
“No puedo pretender que el equipo funcione ya como yo quiero, sino no hay magia en esto. No soy mago, soy una persona que tiene una idea de trabajo y que trata de bajar una línea para que los jugadores la asimilen”, declaró Gallardo en conferencia de prensa.
Y agregó: “Las condiciones tal vez no son las ideales para mí. Dije que me subí a un tren en marcha y tengo que ser inteligente con mi cuerpo técnico para saber qué es lo que queremos e intentar reconocer virtudes y defectos para potenciarlo”.
En cuanto al desarrollo del partido, que se definió con un cabezazo de Paulo Díaz tras una jugada de pelota parada, a cinco minutos del final, el Muñeco explicó: “Fue muy cerrado. No hubo muchos pasajes de buen fútbol, pero sí de detalles. Después de la expulsión, con un hombre más, no pudimos dominar el juego, pero rescato principalmente el espíritu de equipo, más allá de que nos faltó juego y mayor calidad”.
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