River y Boca jugaban los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000. La ida la había ganado 2-1 el Millo en El Monumental y en la antesala del desquite en La Bombonera, se comenzó a hablar del posible retorno de Martín Palermo, quien no había hecho fútbol durante medio año a raíz de una rotura de ligamento cruzado.
En la antesala del cotejo, Américo Gallego se mofó del Titán, casi lo trató de exjugador y disparó: “Si ellos ponen a Palermo, yo lo pongo a Enzo (Francescoli, quien se había retirado en 1999”.
La noche del 24 de mayo de 2000, hace exactamente 21 años, iba a ser memorable para el mundo azul y oro y para el olvido para los de Núñez y particularmente para el Tolo.
El Xeneize abrió el marcador con gol de Marcelo Delgado, posteriormente estiró la ventaja de penal en los pies de Riquelme. ¿Había más? Claro, un caño memorable de Román a Yepes, que hasta hoy se sigue exhibiendo y el capítulo final, escrito por el 9.
Boca ya estaba 2-0 y con el boleto a semis prácticamente abrochado. Era tiempo cumplido, Palermo recibió en el punto penal y con su renguera, dejó parado a Berizzo y la clavó contra el palo de Bonano: 3-0, a cobrar y silencio absoluto para el Tolo.
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