La suerte está echada. Ya se dieron a conocer los cruces de los octavos de final de la Copa Libertadores y si bien tanto River y Boca estaban pendientes de los rivales que le iban a tocar, también miraron de reojo cuándo podía darse un cruce Superclásico.
No será como en 2000 (cuartos), ni como 2015 (octavos). Tampoco será como en 2019 (semifinales). El partido sólo podrá darse en la gran final y, a diferencia de la de 2018, en esta ocasión será a partido único y en Río de Janeiro.
El equipo encabezado por Miguel Ángel Russo tendrá un camino más que difícil hacia la tan ansiada séptima Libertadores. ¿Por qué? En octavos enfrentará al Inter del Chacho Coudet y ya en cuartos enfrentará a Racing o al Flamengo, campeón defensor. En una hipotética semifinal podría llegar Gremio, quien ganó el certamen en 2017 y luego metió dos semis al hilo.
Por el lado de Núñez, el camino parece ser un poco menos sinuoso que el de su acérrimo rival, pero igualmente complicado. En octavos enfrentará a Paranaense y en cuartos podría verse las caras ante Nacional o Independiente del Valle, que lo supo eliminar en octavos de la Copa 2016. En semis podría estar Palmeiras, otro gran candidato.
¿Habrá finalísima entre Boca y River?
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