El 10 de octubre de 2009 no fue una fecha más para los fanáticos de la Selección. El elenco que en ese momento dirigía nada menos que Diego Maradona, lo pasaba mal y estaba tambaleando en las Eliminatorias casi pudiendo quedarse afuera del Mundial de Sudáfrica. Sin embargo, en toda esta historia hubo un héroe: Martín Palermo.
Aquella noche en el estadio Monumental no fue una más para el Titán y tampoco para Diego. Si bien habían arrancado 1-0 arriba con gol de Gonzalo Higuaín, en el sprint final complemento comenzó a llover intensamente, a tal punto que era imposible divisar quién tenía la pelota, y todo eso complicó a la Albiceleste, que sufrió el 1-1 transitorio casi sobre el final de la mano de Rengifo.
El tiempo pasaba y Argentina no lograba el triunfo y los fantasmas de ver el Mundial por TV estaban más presentes que nunca, hasta que en tiempo adicionado apareció él, el hombre de los goles importantes, Martín Palermo, quien empujó la pelota casi debajo del arco para sentenciar el 2-1 y así darle la tan ansiada victoria a la Selección y un bálsamo para Maradona y todo un país que todavía sigue ovacionando al Titán, que había escrito una página dorada más (pero no la última) en toda su carrera.
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