Bayern Munich no necesitó de la famosa “suerte de campeón” para ganar la Champions League. El conjunto teutón pisó fuerte y la ganó de punta a punta con goleadas aplastantes que le permitieron llegar a la final sin despeinarse y allí ganarle al PSG 1-0 con gol de Kingsley Coman en la burbuja de Lisboa.
En la primera ronda, los teutones ganaron el grupo B sin objeciones. Ganó los seis partidos. Terminó con 18 unidades y convirtió 24 goles y recibió sólo 5. ¿La goleada más resonante en fase de grupos? El 7-2 ante el Tottenham como visitante.
¿Los otros resultados?
VS Tottenham: 3-1 (L) y 7-2 (V)
VS Olympiacos: 2-0 (L) y 3-2 (V)
VS Estrella Roja: 6-0 (L) y 3-0 (L)
En octavos de final, el Bayern hizo nuevamente de las suyas y previo al armado de la burbuja en Lisboa, aplastó al Chelsea tanto en la ida como en la vuelta. En el primer chico goleó 3-0 como visitante y posteriormente, no conforme con la diferencia obtenida, desenfundó un 4-1 en un Allianz Arena ya sin público por la pandemia de coronavirus.
En cuartos de final, los teutones lograron la goleada histórica de la que habló todo el mundo y que será recordada por los siglos de los siglos: el 8-2 al Barcelona de Lio Messi, que post papelón sufrió las destituciones de su entrenador y del Secretario Técnico.
En semis la víctima iba a ser el Lyon, una de las Cenicientas de la Champions League. Sin embargo, tampoco perdonaron, fueron implacables y sacaron otro contundente 3-0 para meterse en su undécima final de Champions de su historia.
Y en el último partido, el Bayern sólo convirtió un gol pero le ganó la batalla táctica al PSG con el gol de Coman y tal vez le dio una lección al dueño del club galo: los miles de millones no ganan copas.
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