Por el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, en el Monumental, el equipo de Gallardo cayó por la mínima con Atlético Mineiro, con gol de Nacho Fernández, que luego se fue expulsado. Al Millo lo único que le queda es buscar la épica.

River llegaba a este encuentro crucial, tras diez días para el olvido, que tenían en su haber la eliminación ante Boca y un flojo partido en Mendoza, ante Godoy Cruz. Y, para sumarle condimentos, el cerebro del visitante de esta noche era ni más ni menos que el inolvidable Nacho Fernádez. Cruce de emociones y estratégias en el Monumental. Y vaya si tuvo una sensación extraña ver al volante que supo ser campeón de Libertadores en 2018 con River, como el verdugo de la noche, aunque sobre el final el volante se fue expulsado.

Corrian 12 minutos del segundo tiempo, y tras una buena jugada de elaboración, a cargo de Zaracho, la pelota le cayó a la zurda de Nacho que no titubeó: fierrazo y acobrar. Uno a cero para Mineiro y algunas lágrimas en los ojos para el volante que no lo gritó.

Si bien en algunos tramos de los primeros 45 minutos Nacho tuvo protagonismo, acompañado por Matías Zaracho, las más claras y la preponderancia fue del River de Napoleón. Apalancado en la matriz que propone Enzo Pérez y recostando juego en el colombiano Carrascal y Nico De la Cruz, el equipo del Muñe fue generando, tanto es así que Álvarez y Angileri contaron con las ocaciones más claras. El Lateral, que ya nos tiene acostumbrados a sus apariciones por sorpresa, hizo sonar el palo de uno de los arcos tras un lindo zurdazo, que dejó boquiabiertos a todos.

En fín, fue una dura caída la del Millonario esta noche, de local, ante Mineiro. El único recurso que le queda a River es apelar a la épica, y ¿cómo no creer en un equipo de Gallardo? Célebre creador de la frase “que la gente crea porque tiene con qué creer”.

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