Cuatro años de la epopeya en Zagreb

Cuatro años de la epopeya en Zagreb

El pasado viernes se cumplieron cuatro años de la conquista argentina en Croacia para alzar su primera y única Copa Davis hasta el momento. La figura de Delpo, el triunfazo de Delbonis y Maradona en la tribuna como hincha número uno, algunas de las cuestiones a destacar de aquel recordado fin de semana para el tenis argentino.

Maldita como pocas, la Copa Davis siempre fue un karma para el deporte blanco en la Argentina. Infinidad de veces se vio la oportunidad y hasta hubo una chance de conquistarla en casa, pero todas siguieron de largo. No obstante, la quinta, esa increíble vez en Zagreb, Croacia, fue la definitiva y vencida para que el tenis albiceleste selle por fin su historia, en un año atípico para coronarse y con matices increíbles que se desprendieron de aquella definición.

Argentina tuvo en aquella oportunidad un año soñado con la Copa Davis. Con el viejo formato de la competencia, jugó las primeras tres series de visitante, ante Polonia, Italia y Gran Bretaña. Salvo con los polacos en los octavos de final, el equipo capitaneado por Daniel Orsanic fue de punto a todas las otras contiendas y estuvo cerca de quedar afuera en las semifinales, donde Juan Martín del Potro, Guido Pella y Leonardo Mayer brillaron en un fin de semana que había empezado con una fiesta bárbara y que pareció desvanecerse tras aquel primer set perdido por el Yaca en el quinto punto, antes de la remontada y el drive de aire glorioso que le dio el pase a la nación más austral del mundo a una nueva definición.

Todo se daba en Zagreb, Croacia, en noviembre. El local, unas semanas antes, había perdido por lesión a su emergente figura Borna Coric y recurrió al longevo Ivo Karlovic, con problemas con la Federación, para disputar aquella serie. Con Marin Cilic, Top 10 y figura local, Croacia recibió a una Argentina que, por más que tenía a del Potro entre sus filas, iban una vez más de punto a buscar la gloria.

Atrás habían quedado Estados Unidos en 1981, Rusia en 2006 y España en 2008 y 2011 como rivales que vencieron a la celeste y blanca en la definición. Del otro lado de la red iba a estar un país al que Argentina lo tenía completamente de hijo y ya sabía lo que era ganarle de visitante, como lo había hecho en el 2006, cuando Croacia ostentaba el título de campeón y fue eliminado por la Legión en ese mismo lugar, en Zagreb, por los cuartos de final, y bajo techo.

Fiel a su compromiso con quienes habían formado parte hasta entonces, Orsanic citó nuevamente a los mismos cuatro que habían estado presentes en Glasgow, cuando se consiguió el pasaje a la final. Delpo era el as de espadas del conjunto argentino y por primera vez iba a estar disponible para jugar los tres días de competencia, él sabía que era indispensable su presencia en los tres cotejos y se lo hizo saber al capitán desde el “Vamos”. Federico Delbonis, Mayer y Pella acompañarían en lo que sea necesario, pero la apuesta era conseguir los tres puntos donde la Torre de Tandil estuviese presente.

Llegó el  viernes y el resultado terminó con un lógico 1-1. Cilic venció a Delbonis de manera ajustada en el primer punto, en cinco parciales, y del Poro hizo lo mismo con Karlovic, en cuatro. El sábado fue negro para el conjunto albiceleste: Cilic e Ivan Dodig derrotaron de manera contundente Delpo y al Yaca Mayer y el 1-2 era un golpe duro. Ni la presencia efusiva del eterno Diego Maradona en la tribuna pudo hacer que los argentinos pudiesen hacer algo aquel sábado perfecto para los croatas. Pero el domingo, no obstante, fue mágico…

Cilic y del Potro salieron a la cancha en el primer turno. El croata se afianzó y golpeó duro los primeros dos sets y quedó a tan solo un parcial de dejar la Copa en casa. Allí apareció el Fuego Sagrado del tandilense, quien a punto de perder, sacó a relucir su mejor tenis, empató el partido y definió con categoría el quinto y decisivo set a su favor. El Diego en la tribuna volaba de emoción, y el gran grupo de argentinos que acompañó al equipo en Zagreb no paraba de enmudecer el estadio una y otra vez con sus ovaciones a su salvador, aunque, claro está, la frutilla del postre estaba por llegar.

Delbonis jugó ese domingo ante Karlovic el mejor partido de su vida. Jugador copero como pocos, Delbo sacó el tenis más exquisito de su vida ante el lungo y lo anuló desde la primera pelota. Devoluciones soberbias por doquier fueron el arma letal del zurdo de Azul, quien en tres parciales doblegó al croata y le dio la primera y tan ansiada Ensaladera de Plata al conjunto argentino, la única hasta estos días.

El sueño fue realidad y las magras sensaciones habían quedado atrás. La epopeya de Zagreb estaba consumada y Argentina tuvo, por fin, en sus manos, a la Copa Davis. Esa vez, la justicia divina del tenis, otorgó un guiño a la celeste y blanca, tan bastardeada en otras ocasiones por no poder conseguir la Ensaladera, pero que esa vez, justamente, concebía el logro. Cuatro años después, parece ayer…


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