En una maratón de más de cinco horas, el argentino se impuso a Thiem en los cuartos de final y consiguió su primera semifinal en un evento de Grand Slam.

Ir de punto ante la banca es una de las estrategias que más le sirven al Peque Diego Schwartzman cuando tiene un encuentro bien complicado para su carrera tenística. Y vaya si le funcionó ante Dominic Thiem este martes en Roland Garros, donde se jugaba el primer pase de su vida a las semifinales de un Major y el ingreso al Top 10 por primera vez en su carrera.

El argentino se impuso al austriaco tres del mundo en cinco parciales, en un duelo que duró más de cinco horas, con un resultado final de 7-6 (1), 5-7, 6-7 (6), 7-6 (5) y 6-2, para así meterse entre los cuatro mejores del Mundial de polvo de ladrillo y no depender de nadie ni de ninguna circunstancia externa para ser, desde el próximo lunes, uno de los mejores diez tenistas del ranking mundial.

Ahora, el Pequeño Diego irá en búsqueda de las semifinales ante el español Rafael Nadal, campeón defensor de los últimos tres Roland Garros y campeón en París en doce ocasiones, pero con la confianza de llegar siendo casi imbatible hasta cuartos de final y bajando a Thiem, que venía de ser campeón en el US Open, hace aproximadamente un mes, y se perfilaba para ser campeón en la capital francesa.