En las últimas dos ediciones, tanto Federer como Zverev tuvieron la responsabilidad y la ardua tarea de cerrar el conflicto a favor de Europa con los últimos dos puntos el domingo. Ambas ocasiones finalizaron con éxito para el equipo azul. Puntos en común de las ediciones 2018 y 2019.

La Laver Cup finalizó un año más con el título para el equipo europeo, en donde las figuras del Viejo Continente brillaron en Ginebra para darle el tercer título en fila al equipo capitaneado por el sueco Bjorn Borg. Sin embargo, lo que llama la atención en los últimos dos eventos es que la responsabilidad de darle el triunfo a las estrellas europeas quedó en manos de Roger Federer en primera instancia y de Alexander Zverev en segunda.

El suizo y el alemán, en las últimas dos ediciones, saltaron a la cancha con el score contrariado para su propio equipo. En Chicago 2018, Federer salió a disputar el encuentro ante John Isner sabiendo que si perdía, el Resto del Mundo se llevaría la victoria, algo que no pasó y el suizo logró forzar la historia hasta el último punto. Situación similar pasó este fin de semana en Ginebra, ya que Isner tenía que vencer a Roger para darle el primer título en la ansiada competencia al equipo rojo pero se encontró con un Roger inspirado que lo doblegó y puso las cosas 10-11, en la antesala al último encuentros.

Zverev, por su parte, debió, en ambas ediciones, finalizar el pleito. Y en ambas tuvo la difícil tarea de responder a favor de su equipo para levantar la corona, algo que pudo lograr con éxito. En Chicago 2018, con el score a su favor, dependía de una victoria suya para que la sumatoria de puntos del Resto del Mundo no supere a la de Europa, y con la victoria ante Kevin Anderson en aquel domingo de septiembre, Sascha le dio el título al conjunto rojo. Ayer, con Milos Raonic, la situación era distinta, ya que el score era contrario a las aspiraciones del team europeo, pero el juego del alemán vislumbró a todos, y hasta al propio Raonic. Triunfo del seis del mundo en tres parciales, historia repetida y tercer título para Europa.

Puntos en común que hicieron que las dos últimas ediciones de la Laver Cup sean un lujo para el espectador y el fanático del tenis y que el suspenso dure hasta el último instante, algo que no se logra casi nunca dentro del Tour y que hace que la competencia gane cada vez más prestigio y confianza en el público consumidor de tenis.