La mutación de superficie de lentas a ultra rápida es un hecho: esta semana comenzó la temporada de césped y atrás quedaron las canchas del polvo anaranjado.

Con la finalización de Roland Garros, la temporada europea de polvo de ladrillo culminó y la mutación hacia una superficie más rápida y siempre complicada para los jugadores en tiempos modernos dio comienzo desde este lunes. El tenis se tiñe de verde y la gran meta de todos es Wimbledon, el Grand Slam más antiguo del mundo y el más tradicional, que se juega desde 1877 en el All England Lawn Tennis And Croquet Club.

Durante cinco semanas, el deporte blanco se transformará completamente y abundará en efectos como el plano y el slice, a diferencia del top usado de sobremanera en el polvo anaranjado durante los últimos dos meses de competencia, y del cuál Rafael Nadal es el rey absoluto del dominio.

Se terminaron las patinadas por doquier y comenzarán los pasos cortos, los ajustes constante con el antebrazo, la rotación de sobremanera de la cadera y la cintura para corregir piques irregulares y, sobre todo, las subidas a la red, como no se da en ninguna de las otras superficies.

Roger Federer y Novak Djokovic, líderes del pasto durante las últimas décadas, serán los hombres a vencer en un suelo que les es propenso por su estilo de juego y sus movilidades. El dominio del suizo en el uso del slice y su capacidad de servicio, además de una volea exquisita, lo hacen el mejor jugador de la superficie por características técnicas. Para el serbio, por su lado, lo impulsa como candidato en la misma la gran adaptación que tiene en su movilidad, siendo uno de los pocos jugadores que puede patinar sobre el césped y recuperarse como si el suelo fuese polvo de ladrillo y no pasto. Además, a ambos los respaldan los doce títulos que acumulan en conjunto en Wimbledon, ocho por el lado de GOAT Roger y cuatro por el lado de Nole.

¿Será el momento de la temporada del resurgimiento final de Juan Martín del Potro? Su recuperación física final es una incógnita, pero el juego del argentino se adapta increíblemente a esta superficie y sus participaciones en Wimbledon, donde ya alcanzó las semifinales en 2013 y los cuartos de final en la pasada temporada, lo avalan a ser uno de los candidatos.

Sin embargo, no hay que dejar de lado a jugadores como Nadal, campeón en dos ocasiones en la Catedral y finalista en otras dos ediciones, además de Andy Murray, quien se recupera de su lesión en la cadera y que jugará su último torneo como profesional en Wimbledon, donde fue campeón en dos ediciones.

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